Descripción de la Exposición
La Fundació Joan Miró presenta "Joan Miró. Mujeres, pájaros, estrellas", una gran exposición de la obra de Miró en el My Art Museum de Seúl.
Comisariada por Jordi Joan Clavero, responsable de programación pública y educación de la Fundació, "Joan Miró. Mujeres, pájaros, estrellas" reúne 63 pinturas, dibujos y grabados del artista procedentes de la colección permanente de la Fundació y de dos colecciones privadas, además de una serie de fotografías de Joaquim Gomis, material de vídeo y una programación tanto educativa como pública concebida específicamente para este proyecto.
En las obras expuestas, los visitantes descubrirán el imaginario de Miró y su singular vocabulario de signos, así como la manera en que experimentó con distintas técnicas y materiales y dio nueva vida a los objetos cotidianos.
La exposición está organizada por la Fundació Joan Miró en colaboración con My Art Museum MAMU en Seúl, y se podrá visitar entre el 29 de Abril y el 12 de Septiembre de 2022.
Barcelona, 28 de Abril de 2022. La profundidad del sentido de la obra de Joan Miró parte de su deseo de captar la esencia de la existencia humana. A nivel personal, este deseo también implicaba una afirmación de identidad que surgía del fuerte vínculo de Miró con la tierra – con el pueblo medieval de Mont-roig del Camp, en el campo catalán, donde su familia tenía una casa y que fue la fuente originaria de su creatividad. Paradójicamente, el artista solo podía alcanzar este objetivo forzando los límites y reconsiderando continuamente su propio esfuerzo creativo, que por fin pudo materializar en el contexto del París de las vanguardias, en un siglo marcado por cruentos conflictos. El deseo del artista adquirió así una dimensión que superaba el ámbito de lo individual para transformarse en universal. Miró aspiraba a alcanzar un tipo de arte colectivo y anónimo, lo que explica el carácter multidisciplinar de su obra y su búsqueda de colaboraciones para realizarla. A través de la pintura, creó todo un universo de signos y símbolos. Inspirado por la espiritualidad zen y el arte de Extremo Oriente, Miró ejerció una fuerte influencia sobre generaciones posteriores de artistas, como los expresionistas abstractos norteamericanos, entre otros; su arte se ha convertido, más que en un movimiento, en un estilo que se mantiene vivo y sigue conectando con todos los públicos en la actualidad.
El título de la exposición hace referencia a un tema que Joan Miró estuvo abordando durante cuarenta años de su trayectoria y alcanzó su plenitud en sus últimas obras. Probablemente fuera esta etapa de madurez la época más feliz en la vida del artista, por motivos varios. Superadas sus preocupaciones económicas, así como las incertidumbres provocadas por la Guerra Civil (cuando se exilió en París) y la Segunda Guerra Mundial (cuando se trasladó primero a la costa de Normandía y después a Palma de Mallorca), Miró se instaló definitivamente en la isla en 1956. Allí, por fin tuvo a su disposición el gran estudio proyectado por su amigo el arquitecto Josep Lluís Sert, quien veinte años más tarde crearía el edificio de la Fundació Joan Miró en colaboración con el artista. Fue en ese nuevo taller donde pudo trabajar en grandes formatos y diversificar su obra a través de la experimentación con la escultura, el grabado y los textiles.
Miró fue definiendo su propio estilo con el curso de los años, reduciendo sistemáticamente sus colores a una paleta elemental y consolidando un vocabulario formal compuesto de un repertorio limitado de figuras, mujeres, pájaros, la luna, el sol y las constelaciones, la escalera de la evasión, y motivos referidos a conceptos más generales, como la tierra y el cielo, la conexión entre ambos, y la búsqueda de una armonía ideal.
"Joan Miró. Mujeres, pájaros, estrellas" ofrece una aproximación al lenguaje de Miró en el My Art Museum, MAMU, de Seúl. La Fundació Joan Miró ha seleccionado 30 pinturas, 5 dibujos, 12 litografías, 7 grabados y 9 esculturas, la mayoría pertenecientes a su colección permanente. La muestra está compuesta por una introducción y cuatro secciones. La primera parte, Un vocabulario de signos, presenta al visitante el vocabulario de Miró a través de su obra gráfica, mostrando asimismo los conceptos más líricos desarrollados por el artista a lo largo de su trayectoria: cielo, estrellas, pájaros y mujeres.
En los años cincuenta, en el nuevo estudio creado por el arquitecto Josep Lluís Sert, Miró pudo adentrarse de lleno en la exploración de nuevos materiales y formatos. La sección El signo en libertad muestra la experimentación técnica del artista con distintos materiales, y un uso más libre de los signos que les permite transformarse y reinventarse incluso hasta su desmaterialización.
La tercera sección, Objeto, está dedicada a la escultura, la cerámica y los textiles como objetos. Para Miró, los objetos eran el equivalente de los signos en la pintura, donde lo real se vuelve simbólico. Su presencia y realidad útil siguen siendo evidentes, pero la manera en que Miró usa y combina los objetos les aporta una nueva personalidad y forma que trasciende su función práctica: “Un trozo de hilo puede desencadenar un mundo”, le dijo al artista Yvon Taillandier en 1959. La última sección, Figuras negras, presenta pinturas, grabados y litografías. Una de las características más notables de Miró era su infatigable curiosidad, que le llevó a experimentar con una amplia gama de materiales y técnicas como el dibujo, la pintura o el grabado.
Además de las obras de Joan Miró, la exposición incluye fotografías de Joaquim Gomis, amigo del artista y primer presidente del patronato de la Fundació. La colección Joaquim Gomis, gestionada por la Fundació, nos aporta contexto y una mejor comprensión del proceso creativo de Miró. El material de vídeo y un programa educativo, especialmente concebido para este proyecto, sobre técnicas, color, textura, forma, volumen y simbolismo, completan una experiencia única de la Fundació Joan Miró de Barcelona en el My Art Museum, MAMU, de Seúl, Corea.
Joan Miró
Un hombre arraigado a su tierra, un artista de proyección internacional
Barcelona, 1893 –Palma, 1983
Joan Miró nace en Barcelona en 1893, pero sus paisajes emocionales, los que lo formarán como persona y artista, son esencialmente Mont-roig, París, Mallorca y más adelante Nueva York y Japón. Mont-roig, una pequeña población de la comarca del Baix Camp, será el contrapunto a la agitación intelectual que vive en París en los años veinte junto a los poetas surrealistas, y al estímulo del expresionismo abstracto que descubre en Nueva York en los años cuarenta. Más tarde, en plena Segunda Guerra Mundial, Joan Miró abandonará su exilio en Francia y se instalará en Palma de Mallorca, espacio de refugio y de trabajo, donde su amigo Josep Lluís Sert diseñará el taller que siempre había soñado.
El arraigo al paisaje de Mont-roig primero y al de Mallorca después será determinante en su obra. El vínculo con la tierra y el interés por los objetos cotidianos y por el entorno natural serán el trasfondo de algunas de sus investigaciones técnicas y formales. Miró huye del academicismo, a la búsqueda constante de una obra global y pura, no adscrita a ningún movimiento determinado. Contenido en las formas y en las manifestaciones públicas, es a través del hecho plástico donde Joan Miró muestra su rebeldía y una gran sensibilidad por los acontecimientos políticos y sociales que lo rodean. Este contraste de fuerzas le llevará a crear un lenguaje único y personalísimo que lo sitúa como uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
La Fundació Joan Miró de Barcelona
La Fundació Joan Miró de Barcelona es un espacio de conocimiento y difusión de la obra de Joan Miró y de la creación actual. Creada por el propio artista con un fondo inicial constituido mayoritariamente por su colección privada, con la voluntad de establecer en Barcelona un espacio mironiano de referencia internacional, la Fundació permite realizar un recorrido por los paisajes vitales y artísticos de Joan Miró, entablando un diálogo enriquecedor con otros artistas de los siglos XX y XXI. Con un enfoque interdisciplinario, la Fundació combina la organización de exposiciones temporales con actividades académicas y proyectos en colaboración con otras instituciones y entidades. A través de su programa de exposiciones y del programa educativo, presenta ejes de investigación en torno a temas vinculados a la obra de Miró y a la creación actual. La Fundació está ubicada en un edificio proyectado por Josep Lluís Sert y es uno de los pocos ejemplos de museos del mundo en que artista y arquitecto establecen un diálogo de complicidad entre la obra y los espacios que la acogen.
Desde que abrió sus puertas en 1975, la Fundació Joan Miró tiene como una de sus prioridades compartir la obra y el legado de Joan Miró con el mundo. Durante más de treinta años, con el apoyo de organizaciones públicas y privadas, la Fundació ha fomentado y desarrollado proyectos internacionales con el fin de darse a conocer y profundizar en sus relaciones con otros museos e instituciones artísticas a través de la concepción, el desarrollo y la gestión de exposiciones itinerantes concebidas a partir de sus fondos.
My Art Museum, MAMU, Seúl
El mes de Agosto de 2019, My Art Museum, MAMU, abrió sus puertas en el corazón de la ciudad de Gangnam, como un espacio de arte accesible para los visitantes. El espacio se encuentra en el subterráneo remodelado del edificio del centro tèxtil de Gangnam-gu, Seúl, Corea.
Con la visión de un ”espacio culturalmente inspirador en el corazón de Gangnam”, el museo organiza exposiciones a gran escala con contenidos diversos que trascienden el tiempo y los géneros artísticos de creadores reconocidos para que los visitantes disfruten de la cultura y de las artes. My Art Museum ha presentado Alphonse Mucha en su exposición inaugural; Henri Matisse; Max Dalton: Moments in Film; Alice Dalton Brown, Where the Light Breathes y Marc Chagall: Chagall and the Bible.
Ámbitos y textos de sala
1. INTRODUCCIÓN
El título Joan Miró. Mujeres, pájaros, estrellas alude a una temática que se prolonga por espacio de cuarenta años y que se impone en la producción última de Miró.
El período de madurez es, sin duda, el más apacible para el artista por diferentes razones: superadas las dificultades económicas, la incertidumbre y la angustia de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial, Miró se instala en 1956 en Palma de Mallorca. Allí dispone, por fin, de un espacioso taller, construido por su amigo el arquitecto Josep Lluís Sert, quien, más adelante, habría de proyectar la Fundació Joan Miró de Barcelona. El nuevo taller le permite abordar grandes formatos, diversificar su trabajo, compaginar la pintura con la escultura, con el grabado y la estampación, iniciarse en la obra textil.
Pero, además, con el paso de los años Miró ha definido un estilo propio, ha reducido sistemáticamente los colores a una gama elemental, ha afianzado un vocabulario formal compuesto por una serie de términos: personaje, mujer, pájaro, luna, sol, estrellas, constelaciones, escalera de la evasión…, motivos que hacen referencia a conceptos más generales, la tierra y el cielo, la conexión entre ambos, la probabilidad de un ideal de armonía.
2. UN VOCABULARIO DE SIGNOS
Durante la década de 1940, los esfuerzos de Miró se centran en la consolidación de un vocabulario de signos poéticos con los que expresarse. En los años siguientes, esos signos serán habituales en la mayoría de sus composiciones. Las obras de Miró ofrecen una visión cosmogónica: son versiones abreviadas de una unión simbólica entre el mundo terrestre y el mundo celeste, sin un horizonte que los separe. En esa visión, el sol, la luna y las estrellas son componentes ineludibles, así como las figuras, que a veces muestra sólo parcialmente, y a las que caracteriza mediante ojos, cabellos y los órganos sexuales. Otros elementos aparecen de manera esporádica, como por ejemplo combinaciones de círculos negros y líneas finas, o escaleras formadas por dos líneas verticales segmentadas por líneas horizontales. Abundan, además, los puntos de colores, las salpicaduras y una serie de recursos expresivos y gestuales con los que Miró alude a astros o a constelaciones.
3. EL SIGNO EN LIBERTAD
La concreción de un lenguaje de signos como marco conceptual de sus creaciones supone para Miró una liberación que le permitirá dedicarse ampliamente a la experimentación técnica. Al principio, en el taller de Palma de Mallorca, se consagra sobre todo al grabado, la litografía y la cerámica. Cuando retoma la pintura, su trabajo es mucho más libre y gestual, con efectos visiblemente expresivos: trazos erráticos, manchas imprecisas, gotas que se deslizan por la tela, impresiones de la mano, toques de color aplicados con el dedo, salpicaduras... A pesar de la aparente espontaneidad, el control en la ejecución es absoluto.
Miró experimenta con sus materiales y busca obtener resultados que le sorprendan. No sólo en pintura. La obra gráfica, la escultura, la cerámica o la obra textil reflejan esas mismas preocupaciones. Al margen de las diferencias propias de cada técnica, el estilo del artista encuentra una traducción adecuada a los medios de trabajo de que dispone. Con el curso de los años, su pintura se vuelve más audaz y gestual: extiende los cuadros en el suelo para pintar, saca partido del azar y deja a la vista los accidentes imprevistos.
4. OBJETO
Un objeto real sacado de su contexto habitual y desplazado a un contexto artístico pierde su función práctica. El artista, al ponerlo en relación con otros elementos, le atribuye un significado nuevo, distinto. Tras instalarse en el taller de Palma, Miró compra Son Boter, una casa del siglo XVII situada muy cerca del estudio. Miró recoge y almacena allí objetos diversos, detecta relaciones entre ellos y los ensambla. Luego, con el propósito de fijar el resultado y hacerlo más perdurable, lo traslada al bronce mediante el procedimiento de la cera perdida, que le permite hacer incisiones antes de verter el metal fundido. A finales de la década de 1960, introduce el color.
Los títulos remiten a su lenguaje particular: la mujer, el pájaro, la noche, el día o la evasión. Así, las esculturas hacen referencia a la misma iconografía de las pinturas, si bien ahora sustituye los signos por objetos equivalentes. No obstante, su interés por los objetos no se agota en la escultura. Aparecen también impresos en algunos grabados, como monotipos, y en los sobreteixims, ya sea como soporte (sacos) o incorporados a la superficie.
5. FIGURAS NEGRAS
Los años cuarenta son determinantes en la definición del personal estilo de Miró. Con el paso del tiempo algunos aspectos se consolidan, mientras otros son depurados o sufren modificaciones. Las figuras, por ejemplo, incorpóreas al principio y delimitadas por contornos precisos, son ahora masas contundentes y compactas. Poco a poco, el color negro adquiere protagonismo. O, mejor dicho, los negros, ya que muestra una variedad de gamas tonales. El color negro cumple una función constructora, proporciona a los personajes su materialidad y articula la composición. Los personajes no son exactamente retratos, tienen una apariencia a menudo ambigua y facciones inespecíficas. Los ojos, como los tres cabellos, son remanentes de una figura que ha experimentado una metamorfosis y que ha perdido los rasgos de su fisonomía.
Exposición. 29 abr de 2022 - 12 sep de 2022 / My Art Museum (MAMU) / Seoul, Seoul-t'ukpyolsi, Corea del Sur
Exposición. 29 abr de 2022 - 12 sep de 2022 / My Art Museum (MAMU) / Seoul, Seoul-t'ukpyolsi, Corea del Sur
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