Descripción de la Exposición
En 1852, John Benjamin Dancer patentó la primera cámara estereoscópica binocular. Este aparato trata de imitar la visión humana a través del uso de dos objetivos, que, al estar separados como los ojos, toman dos fotografías diferentes de un mismo motivo. El observador percibe una imagen de apariencia tridimensional al contemplar las dos imágenes a través de un estereoscopio, como el inventado en 1838 por Charles Wheatstone.
A principios del siglo XX, Jesús de Echebarria (Bilbao, 1882?1962) adquirió varios modelos de este tipo de cámaras, con las que fotografió, no solo los bulliciosos bulevares de Londres, París, Bilbao o San Sebastián, sino también escenas del ámbito laboral, religioso y lúdico, paisajes, desnudos y retratos. Echebarria reflejó la atmósfera bucólica del ámbito agrario vasco y, al mismo tiempo, actuó como cronista de una sociedad en pleno desarrollo industrial y político, adentrándose en la metrópolis moderna y plasmando a través de su lente sus astilleros y minas, sus mercados y plazas, capturando no solo el momento sino su atmósfera. Sus imágenes estereoscópicas muestran una curiosa simbiosis entre lo rural y lo urbano, entre el tradicional sector primario y la potente industria que bullía en las riberas del Nervión-Ibaizabal.
Son muchos los temas, tanto de la esfera privada como de la pública, que el ilustre bilbaíno captó con su cámara estereoscópica y que se plasmaron en más de 2.000 placas de vidrio. En esta sala se muestra una pequeña selección, que refleja la elegante armonía con la que Jesús de Echebarria retrata a la nueva sociedad-con sus nuevas formas de ocio-, en cuya economía la mujer desempeña un papel destacado.
Las imágenes de Jesús de Echebarria constituyen un personal gabinete de las maravillas de un pasado reciente, una crónica íntima y veraz de los acontecimientos, de la época que vivió y de todo su universo.
Formación. 08 may de 2025 - 17 may de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España