Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La primera exposición que Simeón Saiz Ruiz, ganador de la Bienal Martínez Guerricabeitia en 1999, realizó con el título de J’est un je data de 1996. Lleva trabajando pues más de una década en esta serie de cuadros sobre las pasadas guerras de los Balcanes basadas en las imágenes de prensa y televisión que aparecieron durante el conflicto. La idea de dedicar una exposición a Simeón Saiz Ruiz, partió del director de actividades del Patronato Martínez Guerricabeitia, Vicent Sanz, que inicia con esta retrospectiva, una línea destinada a realizar monográficos sobre los artistas que han ganado la Bienal.
Las obras, que imitan el píxel televisivo, abordan el conflicto de los Balcanes. Esta exposición es singular por varios motivos: su temática y su técnica, que supone el inicio de una nueva línea de programación del Patronato destinada a realizar monográficos sobre ganadores de la Bienales y, especialmente, que es una exposición accesible al colectivo de personas sordas. A través de un servicio de intérpretes de signos puesto en marcha a través de la Federación de sordos de la Comunidad Valenciana (FESORD) y con el patrocinio de Ibercaja, esta exposición es una de las pocas existentes para este colectivo en toda España. Sólo en algunos museos, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o la Tate Gallery de Londres ofrecen un sistema de signo-guías, uno dispositivos de PDA, que permiten a las personas con deficiencias auditivas acceder en igualdad de condiciones a sus exposiciones.
Los cuadros de Saiz Ruiz en su comienzo imitaban el ilusionismo propio de la fotografía y el vídeo desde los procedimientos propios a la pintura para ir deslizándose de una forma lógica y natural hacia la imitación del píxel de la televisión. Este cambio venía propiciado por la importancia que adquirió para el autor enfatizar el carácter documental de las fuentes.
La exposición que se presenta, coproducida entre la Universitat de València, la Universidad de Salamanca, y la Junta de Castilla-La Mancha, permite mostrar la serie con una amplitud que el pintor no ha podido realizar hasta ahora. En la Sala Martínez Guerricabeitia se exponen 19 piezas, la mayoría de gran formato.
Las fotografías procedentes de la prensa y la televisión son refotografiadas situadas en cada una de las diez posibles inclinaciones respecto al objetivo de la cámara, que van desde una visión casi rasante a una posición frontal. Este método da lugar a todo un abanico de deformación de la imagen que va desde una compresión casi límite de las formas que las hacen irreconocibles, hasta la imagen original sin deformación alguna.
La dificultad del reconocimiento y la imposibilidad de que la imagen te abandone una vez se ha llevado a cabo el reconocimiento se convierten en tema central de la obra. A través de ese recurso el autor pretende que al espectador le sea difícil desentenderse de las imágenes, todas de víctimas del conflicto.
La serie no enjuicia a los agentes en el conflicto ni distingue entre víctimas, todas ellas civiles, sino que más bien dirige la atención hacia nuestra recepción y a cómo en esa recepción se ponen en tela de juicio nuestras convicciones sobre cómo, cuándo y dónde se puede generar violencia. Al final la obra pretende condenar el horror de la guerra civil y disuadir al espectador de utilizar la violencia en nombre de una identidad, sea ésta la que sea, la de un estado, una nación, una cultura, una religión, una raza, una clase o un género.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España