Desde esta semana y hasta mediados de Enero, ya se puede visitar en la galería de arte contemporáneo José Lorenzo, una muestra sin precedente, de las que resulta complicado encontrar en una galería privada de nuestra geografía, se trata de una excepcional antológica del mejor paisajista del Romanticismo español, Jenaro Pérez Villaamil, una luminaria en la pintura gallega de aparición absolutamente insólita -ya que con él comienza la pintura moderna de Galicia sin tener casi antecedentes-, nació en Ferrol en 1807, y falleció en 1854.

Sus paisajes se integran en la corriente europea del romanticismo, caracterizándose por las grandes perspectivas naturales elevadas, en contraste con la figura humana, por atmósferas levemente difusas y luminosas, al igual que en la obra de artistas como Constable, o Turner. Mas el paisaje de Villaamil tiene un cierto ... componente mágico, de brillante fantasía, aun siendo una prodigiosa captación de la realidad, presente y no inventada, que le acerca, por concepto, aunque de forma mucho más cálida y dinámica, al arte de Friedrich, con esa trascendencia palpable, presente también en las escenas de grandes interiores con figuras del ferrolano, lograda con la perspectiva alta, el verismo e inmediatez del dibujo, hecho de pura mancha y luz. Pero si el misterio de Friedrich es silencioso, el arte de Villaamil será sonoro, de ritmos límpidos pero agitados.

Superdotado del pincel desde niño, a finales de la década de 1820 toma el arte por meta y oficio, y ya en 1830 es elegido para realizar las decoraciones del gran teatro de la ciudad de Puerto Rico, entonces español. A su regreso, tres años después y con un arte clasicista asentado, recorre Andalucía y coincide con el pintor inglés David Roberts. Ese encuentro resulta providencial, pues fascinado, Villaamil absorbe en primicia y con contemporaneidad las constantes de la pintura europea, para imitarlas primero y más tarde hacerlas suyas.

La exposición que ya se puede visitar, consta de nada mas y nada menos que de 32 obras entre óleos, dibujos, acuarelas, tintas, plumillas y aguadas. Oportunidad excepcional para adquirir obras de un autor tan buscado que difícilmente se encuentran en el mercado a precios tan competitivos como los de la José Lorenzo. Una apuesta ambiciosa pero segura, una vez más, el arte del museo, irrumpe en la galería.