La celda es un espacio interior, austero, mo­nástico, arquitectura mínima donde el blanco, la homogeneidad y austeridad prevalecen. La rela­ción con el exterior es a través de una ventana por donde ingresa la luz natural, con el interior, una reja que oficia como mecanismo-control y priva la libertad.

La transformación de la celda intenta revertir este espacio interior en un falso espacio exterior, un jardín venenoso.

Por un lado el césped natural cumple el rol de una alfombra, lo que nos conecta con el suelo, la añoranza de la libertad en la imagen de la pradera.

Por otro, el empapelado se usa como méto­do de ocultamiento, de tapar lo que hay detrás, en una capa del palimpsesto de la historia de la pared.

El diseño del empapelado transmite ... lo que po­dría crecer en este espacio: especies vegetales es­pecialmente atractivas, que son dañinas para las personas, venenosas, toxicas, alucinógenas.

El dibujo de cada una de las especies es de au­toría de diversos botanistas anónimos, sobre base de un diseño vegetal de empapelado de William Morris.