Descripción de la Exposición Seguramente la resistencia atienda a algún tipo de orden simbólico o de rito primigenio…
Después de “Psicoideos” (Palacio de los Condes de Gabia. Granada 2006) y “Sacrificio” (Carmen de la Victoria. Granada 2003), Marina Vargas escoge la ciudad de Caracas como destino, gracias a la Beca Manuel Ribera, para dejarse penetrar por toda clase de contradicciones y conflictos. Toda una declaración de principios que mostró y vuelve a repetir en esta su primera muestra individual en la galería May Moré de Madrid que, bajo el título “Jardín de suplicio” acoge este devenir de ancestros y duelo.
Talismanes de gran formato o exvotos inspiran este conjunto de piezas pictóricas que la sitúan en una postura de mística y artesana, de conjuradora de mitos y de símbolos primigenios. Arte iconoclasta que deviene en profusión de imágenes (pensando en Baudrillard) en un alarde de plástica flotante. A veces convierte los lienzos en grandes pistolas: el asesinato es una forma de regeneración, pues es el olvido el mayor pecado. Toda ostentación y todo lujo de lacas y dorados, a la manera popular o ingenua de mostrar agradecimiento, para recordarnos en esa capa de barniz brillante una herida primera. Drama primordial en rojo: ritual y sangre, mediador de lo blanco y lo negro. La súplica (ritual del arabesco) es el espacio intermedio. Entonces el espacio museístico…un lugar para la redención?
Aquí no hay mutilaciones, ni una última Medea, sino una constructora-bordadora de jardines muertos, que derrama lágrimas y sonrisas (puntos y líneas) para honrar acariciando, (como el que sabe que tiene los ojos en la punta de los dedos), si pudiera, cualquier último desastre…
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España