Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Homesession os invita a la inauguración de Jardín, el proyecto de Rafael Castañer (Barcelona, 1971) para el programa InvitedOneDay. Artista, dibujante, profesor e ilustrador, Castañer relaciona estrechamente su práctica creativa y sus experiencias vivenciales, y bajo estos auspicios entiende compartir el proyecto Jardín. La exposición se presenta como una narración expandida del acercamiento de Rafael Castañer a la artista japonesa Yayoi Kusama: dibujos y vídeos, realizados de forma colaborativa, llevan al espectador hacia las indagaciones del artista sobre el papel de la creación en la invención de sí y en la relación con el mundo. Que el experimento no se limite a probar otra manera de movilizar la página de un cómic o cuatro paredes blancas es una obviedad teniendo en cuenta la trayectoria de Rafael Castañer en su trabajo de artista, dibujante, profesor, ilustrador (...) y más allá. Castañer invita al espectador a descubrir las premisas del proyecto en las primeras láminas de un cómic expuestas en la pared: su carácter narrativo y su estilo familiar constituyen para ello una introducción amable, hasta entrañable. De la misma manera que en ese incipit narrativo un libro sobre la artista japonesa Yayoi Kusama traga literalmente al personaje en un hueco que no parece tener fondo, la exposición lleva al espectador (eso sí, moderato cantabile) hacia las indagaciones del artista sobre el poder de la creación en la propia invención y en la relación con el mundo. La elección de Yayoi Kusama como eje del proyecto es reveladora de esta voluntad de intrincar la creación con el relato personal. Lejos de encerrar el visitante en una narración de la trayectoria de Yayoi Kusama, los dibujos de Castañer alinean las zonas de indeterminación y los puntos de fuga en el relato y en el trazado, esbozando un paralelismo formal con las experimentaciones de la artista japonesa. Desde la multiplicación del círculo simbólico de su país natal, buscando en la expansión de los topos una brecha en la condición humana, hasta la superación de los marcos expositivos a través de los happenings orgiásticos de los 70, Yayoi Kusama vio en su propio acto creativo una vía de reinvención personal y de juegos infinitos con el mundo. Esa misma voluntad se fraga desde el inicio de la realización del proyecto de Rafael Castañer: para ello, imaginó un proceso colectivo en el que incluyó colaboradores de horizontes diversos, de los cuales destaca la participación en los dibujos de Pau Masclans Pazos (Barcelona, 1992). Esta difuminación de la autoría se repite en otros dibujos donde el mismo hijo del artista, con cinco años, hizo su aporte gráfico al proyecto. En esa búsqueda de experimentaciones, Rafael Castañer ahondó igualmente en un método de trabajo que busca la complicidad entre la creación y situaciones vivenciales (desde pintar gotas de agua en una bañera hasta establecer amistad con una aficionada japonesa al trabajo de Yayoi Kusama mientras se dibuja en una biblioteca municipal). La forma que coge finalmente el proyecto expositivo, el traslado del formato de cómic a las paredes del espacio de proyección permite arraigarlo a las prácticas habituales del artista, autor de cómics y fanzines, renovando sin embargo radicalmente la relación con el lector, convertido en espectador. La aproximación continúa al relato, su colocación sencilla en la pared a modo de manifiesto hacen del cómic desplegado un estímulo visual, rearticulándolo como fuerza inspiradora, al igual que el acercamiento a la obra de Yayoi Kusama lo fue para Rafael Castañer. Los vídeos, estableciendo idas y vueltas con los dibujos, son otro punto de fuga del proyecto. Con la multiplicación de círculos y la indefinición de sus límites, Castañer consigue encarnar su principal deseo: la difuminación del proyecto la recepción del público.
Dibujo y vídeo.