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La muestra hace referencia en su título a Jano, dios romano representado de forma habitual con dos caras que miran en sentidos opuestos, y se compone de 46 obras de 33 autores, españoles y extranjeros.
El montaje reúne fotografías realizadas en los últimos veinte años, gran parte de las mismas adquiridas recientemente por el Museo y que, en general, han sido expuestas en escasas ocasiones. En la exposición se aprecia el acelerado desarrollo que ha experimentado la fotografía artística en últimos 15 años.
Jano es el dios es la de las puertas, los comienzos y los finales, capaz de ver el pasado y vislumbrar el futuro. La oposición de los dos rostros simboliza el cambio y la transición, con un carácter híbrido que se utiliza como una metáfora para la intensa transformación que ha experimentado esta disciplina en un corto periodo de tiempo. “Una evolución” –señala la comisaria, Catherine Coleman- que se puede resumir brevemente con dicotomías: analógico/digital; negativo/positivo; monocromo/color; veracidad/ficción; creación/manipulación; documental/artística. Y tres palabras bastan para explicar qué ha hecho posible este fascinante periodo de la historia de la fotografía: color, formato y digital.”
Las fotografías de la exposición (analógicas y digitales) son de gran formato y la mayoría en color. La temática es variada aunque predominan los espacios públicos; aparecen paisajes, motivos arquitectónicos, y también hay un apartado más intimista dedicado a personajes (tanto ausentes como presentes).
La comisaria explica que las fotografías seleccionadas “no tratan del documentalismo social, ni de la identidad, ni del género, ni de estereotipos, todos ellos temas comunes en la fotografía contemporánea, sino que se ocupan de las estructuras de poder en el mundo contemporáneo, cómo nos afectan, cómo funcionan y qué grado de importancia tienen. Los fotógrafos que tratan la arquitectura tienden a trabajar en un determinado proyecto en serie, mientras que los artistas que trabajan el retrato se enfrentan a la individualidad de una manera específica que permite un acercamiento a la comprensión de la psicología humana.”
El conjunto que ahora se presenta deja constancia del peso que la fotografía ha alcanzado hoy día, y su paridad en relación a los soportes más clásicos habituales en el arte.
“Con el fin de comprender la naturaleza revolucionaria de la fotografía actual, es necesario remontarse a sus orígenes en el siglo XIX, cuando se hizo patente la indiscutible relación simbiótica entre fotografía, ciencia y las industrias ópticas y químicas. Los últimos quince años se parecen mucho a la vertiginosa evolución que tuvo lugar entre 1834 y 1851.
Sin profundizar mucho más en la compleja historia técnica de la fotografía en color, debemos tener en cuenta que, desde la época del pictorialismo a finales del siglo XIX, el fotógrafo no ha dejado de coquetear con el color, en un intento de apropiarse de la característica más importante de la pintura. Este concepto de personalidad dividida de “ser o no ser” (o pintor o fotógrafo) ha quedado enterrado gracias a la combinación de una calidad de color mejorada, un formato mucho mayor, la manipulación digital y los métodos digitales de impresión. (…)”.
Catherine Coleman
“La aceptación de la fotografía por el mundo del arte no ha sido incondicional,
ya que sólo atañe a una pequeña parte de la historia de la fotografía, cuya autoridad no se reconoce y que es condenada a extinguirse por su obligada inmersión en el contexto de la historia de las artes visuales en general. No se atiende a los argumentos de la historia, teoría o crítica especializadas en fotografía con los que se construían cánones de fotógrafos equiparables a los de los artistas y se valoraban sus obras a partir de conceptos como la autoría, la calidad técnica, las innovaciones en el lenguaje, la continuidad de la historia del medio o la estética.
En cambio, en la actualidad se estiman mucho más otros conceptos antes menospreciados en los discursos en torno a la fotografía como el anonimato, la funcionalidad o la denominada «baja cultura». Entre los argumentos utilizados por la crítica en la fotografía actual se atiende tanto a los registros de la complejidad de la experiencia urbana, las imágenes que presentan la experiencia común en forma de documentos, como a sus referencias y relaciones con otras imágenes o signos, es decir, fotos anónimas o ajenas a cualquier intención artística (…) además de otros tipos de imágenes, como las del cine o la pintura.”
Horacio Fernández
Entrada actualizada el el 26 may de 2016
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