Descripción de la Exposición
Forma parte del programa "Ensor 2024" impulsado por el Mu.ZEE de Ostende, el KMSKA de Amberes y el Gobierno de Flandes.
Expone 60 obras originales de James Ensor, incluyendo grabados, litografías, óleos y un pastel.
Incluye cuatro grabados coloreados a mano por Ensor.
La exposición incluye dos grabados muy escasos y difíciles de encontrar, de los cuales, solo existen diez ejemplares en el mundo.
Se trata de la mayor colección de obras de James Ensor de España, reunidas en su totalidad por primera vez en esta exposición.
La colección procede de la antigua colección del bibliotecario bruselense Paul van der Perre, que fue amigo personal de James Ensor y publicó varios estudios sobre sus grabados.
Además de obras de Ensor, se incluyen obras de otros artistas relevantes que se ponen en diálogo con las del maestro flamenco: Francisco de Goya, Darío de Regoyos y José Gutiérrez Solana.
"James Ensor: la belleza inefable" pretende conmemorar el 75 aniversario del fallecimiento del artista belga James Ensor (Ostende, 1860-1949), a través de su amplia y variada producción gráfica. Ensor está considerado uno de los artistas más importantes e influyentes de la Europa de los siglos XIX y XX, y un verdadero precursor de las vanguardias, especialmente, del surrealismo y del expresionismo.
James Ensor nació en la ciudad belga de Ostende en 1860, donde recibió su primera formación artística. En 1877 se matricula en la Academia Real de Bruselas, y allí conoce a varios de los artistas con los que, más tarde, compartirá inquietudes y exposiciones.
Aunque en su juventud cultivó, especialmente, el bodegón y el paisaje, sobre todo las marinas (de las que hay en esta exposición dos ejemplos representativos), a partir de la década de 1880 su pintura se transforma completamente. Aparecen en este momento las máscaras, los demonios, los monstruos y los motivos fantásticos tan representativos de su obra, y que le haría internacionalmente famoso.
Siempre desde una actitud muy personal e independiente, Ensor participó activamente en la renovación del arte en Bélgica, y perteneció a varios grupos de vanguardia, como L'Essor ("El Vuelo") y Les XX ("Los XX"). Estas agrupaciones libres de artistas buscaban influir en el público y en la crítica, así como en las instituciones, para fomentar un arte más libre, más personal, menos rígido y no regido por la tradición y las instituciones académicas. A ellos pertenecieron, entre otros, los artistas Théo van Rysselberge, Félicien Rhops, Fernand Knopff, Willy Schlobach y tantos grandes pintores, escultores y grabadores de la vanguardia belga. En este sentido, el encaje de Ensor en estos círculos de renovación del arte belga es difícil. Aunque manifiestamente antiacademicista -de hecho, abandonó la Academia de Bruselas un año después de matricularse,junto a otros compañeros-, bebió constantemente de los artistas del pasado: de los maestros flamencos (en especial, Rubens, Rembrandt, Brueghel y El Bosco), de los maestros españoles (Goya, especialmente, pero también Velázquez), de los maestros ingleses (Turner y el grabado satírico inglés, que le divertía mucho), y de los artistas de vanguardia del momento, como Man et y Odilon Redon.
Ensor fue, por lo tanto, como le ha calificado Herwig Todts, un "modernista ocasional", pues, en el fondo, gran parte de sus composiciones, tratamiento del color y de la luz beben directamente de la Historia del arte. En 1929, Ensor recibió el título de barón y fue objeto de una gran exposición retrospectiva en Bruselas. Murió el 19 de noviembre de 1949 en Ostende, donde vivió toda su vida, siendo considerado una leyenda del arte belga.
Su obra gráfica, que realizó entre 1886 y 1935, alcanzó las 193 obras, entre aguafuertes, puntas secas y litografías. Sus temas favoritos, todos ellos presentes en la exncslcíán, fueron el paisaje flamenco, el retrato y las escenas de crítica social y fantasía. Abundan en sus grabados las vistas de su ciudad natal, Ostende, y de la ciudad donde estudió en su juventud, Bruselas; también los retratos, los autorretratos y las marinas, especialmente las dedicadas al puerto de Ostende.
La visión espiritual de Ensor se concreta en la serie de grabados que dedica a la figura de Cristo, algunos de ellos directamente inspirados en pasajes bíblicos o en el Apocalipsis de san Juan; otros, inventados por Ensor, pero protagonizados por el Salvador. Su acercamiento a la figura de Cristo se produjo en torno a 1886, en el contexto del círculo de Los XX, donde se sentía incomprendido. Ese año, trató de exponer sus últimas creaciones en el Salón Anual del Círculo, encontrándose con que fueron rechazadas por sus propios compañeros, que decían defender la libertad artística, la expresión personal y el arte de vanguardia. El rechazo de sus compañeros y de las instituciones y los insultos de la crítica especializada debieron de causar una fuerte crisis espiritual en Ensor, que encontró en la figura de Cristo un ejemplo análogo con el que consolarse. Como teorizaría Kandinsky años después, Cristo, verdadero redentor de la Humanidad, luz que guía espiritualmente al hombre, debe primero sufrir el escarnio y la burla de los ignorantes, los mismos que luego, años más tarde, terminarán por aclamarlo. Ensor es particularmente claro cuando titula algunos de los grabados de estos años como "El escarnio de Cristo" o "Cristo insultado".
Con todo, las escenas que más fama le han reportado, y que le han hecho valedor de un puesto de honor en la Historia del arte, surgieron en las décadas de 1880 y 1890. Son sus escenas de máscaras, esqueletos, demonios, monstruos y demás seres fantásticos, que Ensor pudo haber visto en los cuadros de Brueghel y El Bosco -y que cuentan con una larga tradición en la pintura flamenca-, pero también, como él mismo dejó escrito, en los grabados de Goya.
Estas escenas son, muchas veces, caprichosas; en otras ocasiones, se inspiran en cuentos, poemas o relatos literarios de sus amigos escritores o de escritores de referencia, como Edgar Allan Poe, cuyas Historias extraordinarias le fascinaron. Inspirado en Poe, creó Ensor una de sus obras maestras, La Vengueance de Hop- Frog, que, en la exposición, tenemos el placer de presentar en primer y segundo estado, y también la versión litografiada, de la cual se conservan solo diez ejemplares en el mundo.
La muestra se compone de 60 obras de James Ensor, 10 de Francisco de Goya, 8 de Darío de Regoyos y 2 de José Gutiérrez Solana. En este recorrido se la plantea al visitante varios diálogos entre el artista belga y algunos artistas españoles que compartieron con él similares inquietudes espirituales.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España