Descripción de la Exposición La galería Luis Burgos presenta por primera vez la obra de Jaime Aledo. Se trata de una exposición muy singular en la que tenemos la oportunidad de conocer una faceta de su trabajo poco conocida. Si su pintura se ha caracterizado siempre por una especial atención hacia el cuadro concreto, cerrado, denso y 'conceptista', ahora nos encontramos con unas piezas que, sin perder ese 'conceptismo', de alguna manera se abren y se dispersan en una reflexión sobre los elementos básicos de la pintura. El origen de esta nueva propuesta lo podemos encontrar en su interés, a lo largo de estos últimos años, por la pintura como pura estructura de color que le ha llevado a plantearse la cuestión del mínimo necesario para que un cuadro se constituya como tal. Son, pues, estudios de taller de los que, a la vista de los resultados, es preciso hacer notar dos cosas: la primera, en la medida en que sus cuadros se simplifican parecen necesitar expandirse en series, la segunda, cuanto más sencillos y despojados sean, tiende a situar el sentido del cuadro fuera de él mediante la palabra. Estamos, por tanto, ante una pintura conceptual. Estas dos notas ya aparecían en el primer trabajo de Aledo con monocromos, de 1996 y de daliniano título: Dieciséis cuadros monocromos manifestando las propiedades transcendentales del ser, que eran en realidad falsos monocromos pues, al ser un conjunto, funcionaban visualmente como una composición relacional, lo que es más evidente si conocemos la caprichosa clave que nos permite comprobar que, efectivamente, los monocromos manifiestan los transcendentales. Si sustituimos cada color por la inicial de su nombre, leemos con asombro: unidad, verdad, bondad y belleza. También en Monocromos por soleares, del mismo año, teníamos de nuevo la dualidad texto-color. Los textos son soleares populares que, leídas una detrás de otra, componen una desgarrada historia de amor en la que los colores crean el clima adecuado, son ilustraciones que tiñen un texto en una nueva versión de las relaciones entre lo popular y la vanguardia. Ya de esta década, Aledo presenta en esta exposición un conjunto de cuadros reunidos bajo el título de Blanco sobre blanco: supremoautismo, una leve ironía bienhumorada sobre la pérdida del sentido en las reflexiones radicales de la vanguardia acerca de la naturaleza de la pintura. De modo semejante, Sin título (diez) es una parodia -ahora del conceptual analítico, tan poético- en la que se describen con palabras cada uno de los componentes de una serie colorista. Plantea la posibilidad de un conceptual sensual y, a la vez, estrictamente tautológico. De carácter procesual son los voluminosos grupos de monocromos, ciento seis unidades en total, que Aledo denomina Tres ejercicios de ascética voluptuosa. En ellos, cada una de las piezas refleja la pura acción de pintar, el placer de extender sobre el soporte un solo color una y otra vez pero siempre dentro de un rigor minimalista. Interesa más el estado mental que ha producido la obra que su aspecto formal. Ocho cuadros tapados.1984-2003, es el título de un lienzo monocromo que simplemente constata lo que el cuadro es y también, de alguna manera, hace visible lo que no se ve: ocho fracasos en la misma tela a lo largo de veinte años. Dos cuadros tapados.2002/2010, viene a ser una versión más modesta de la aceptación del desastre. Tres chinos chillan (piezas de pasillo), lo podemos considerar como una serie ortodoxa. Se trata de ocho tríos en los que se desarrollan horizontalmente unas variaciones formales rigurosas con una secuencia de contrastes de parejas de colores que pretenden ser muy extraños entre sí. También trabaja sobre los contrastes de dos colores el siguiente conjunto de cuadros, pero esta vez los títulos de cada una de las piezas nos llevan a un territorio insospechado. Si nos fijamos con atención en ellos -en principio parecen propios de cuadros de la abstracción geométrica, letras y números- comprobamos que se refieren a versículos del Antiguo Testamento. En efecto, Doce estudios bíblicos es sólo una muestra de un posible proyecto enloquecido y grandioso: pintar todos y cada uno de los versículos de la Biblia, ¡kilómetros de cuadros!, incluso de canto. Por último, Chocolate soltero sintético, puede entenderse como un trabajo de adelgazamiento formal de uno de los cuadros complejos de Aledo de los que hablábamos al principio, su intención es mantener lo fundamental del sentido de una obra en una simplificación máxima.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España