Descripción de la Exposición
TAT ART BARCELONA anuncia la inauguración de brain... glitter, una exposición individual del artista Jack Davidson, pintor escocés afincado en Barcelona. La muestra, que es la primera que la galería le dedica al artista, se inaugurará el próximo Jueves 6 de Abril a partir de las 19.30h y permanecerá abierta al público hasta el 30 de Junio de 2017.
Desde los inicios de su carrera, Jack Davidson ha expuesto regularmente en Europa y los Estados Unidos, tanto individualmente como colectivamente. Su trabajo ha recibido numerosas críticas, entre ellas en The New York Times, artcritical o The Huffington Post. Su obra puede verse en algunas colecciones como, por ejemplo, la New York Public Library Drawings and Prints Collection.
Con motivo de la exposición brain... glitter, David Armengol (Barcelona, 1974. Comisario independiente) ha elaborado un texto que arroja un poco de luz sobre el trabajo de Davidson y su manera de abordarlo. Puede leerse a continuación.
Jack Davidson - brain... glitter
David Armengol
Ya sean abstractos o figurativos, escucho con frecuencia a los pintores hablando de cierta condena implícita en su manera de trabajar; es decir, de sus preocupaciones por exhibir unas constantes reconocibles y estables en su obra. Y es que, como pintor, realmente parece deseable encontrar y manifestar unos atributos fijos que identifiquen tu trabajo y lo sitúen en un contexto determinado. Pero también parece deseable liberarse de esa carga y poder trabajar al margen de dogmas, categorías e incluso incursiones pedagógicas que justifiquen lo que vemos. En definitiva, el artista no tiene porqué ofrecer siempre aquello que se espera de él.
brain... glitter, primera exposición individual de Jack Davidson (Aberdeen, 1958) en TAT ART Barcelona persevera en dicho acto de liberación. Por un lado, exhibe la obra reciente del pintor escocés, claramente definida por una abstracción cromática basada en la experimentación meticulosa del color; por el otro, en cambio, esa misma abstracción se resiste en todo momento a ser encasillada como tal. Para ello, el artista enfatiza sus metodologías de trabajo, incidiendo en procesos íntimos - y por tanto no visibles para el espectador - que incorporan variantes de raíz conceptual próximas a la performance, la coreografía y la música.
Y si bien la máxima potencia de la pintura de Davidson sigue siendo la búsqueda incansable del color perfecto, esta exposición invita a profundizar en las múltiples capas de significado que pueblan sus obras. En primer lugar, su pintura nos ofrece una cara amable, dócil; composiciones armoniosas y colores agradables que apuestan por lo emocional y lo sensible como primer estímulo. En la superficie, todo encaja bien. No obstante, una lectura más atenta nos brinda otro tipo de conexiones. Y es entonces cuando descubrimos que su imaginario no tiene nada que ver con la gestualidad que creemos reconocer, sino que depende de mecánicas pictóricas que le permiten delegar sus decisiones formales a actos de repetición; algo que genera una serie de pequeñas acciones de taller: doblar la tela para duplicar manchas de color, usar cintas imperfectas para crear líneas imperfectas o imitar formas que le interesan por un motivo u otro. Un juego de repeticiones e imitaciones capaces de desdibujar el gesto mediante intervenciones inesperadas que incorporan el movimiento - y por tanto el tiempo - como un interés paralelo en su pintura. Color y tiempo. Un buen ejemplo lo vemos en la repetición de ciertos motivos ornamentales, o incluso en la incorporación de un retrato.
En este sentido, y como apunta el mismo Davidson, su pintura se basa en "gestos que no son gestos", algo que lo aleja gratamente de los postulados de la abstracción expresionista para incidir de un modo particular en registros performativos. En su caso, la performatividad es sutil e invisible, y tiene que ver menos con el arte y más con los estados anímicos derivados de la música. Por eso no nos extraña que los títulos de sus pinturas siempre sean frases extraídas de canciones de grupos que el artista escucha mientras pinta. Algunos de los que aparecen en la exposición son War on Drugs, Neil Young, The Go-Betweens, Orange Juice o Television. Al fin y al cabo, una capa de vivencia que no condiciona la recepción del cuadro pero que suma un pequeño acto narrativo tan encriptado o evidente como el espectador decida.
Y es que quizás la escucha de una canción sea uno de los referentes más claros para aproximarnos a la obra de Jack Davidson. Algo que nos atrapa de un modo visceral, intuitivo, dotado de un lenguaje poético, simbólico o metafórico que, quizás, no nos permite entender el mensaje en su totalidad, muchas veces en un idioma distinto al nuestro; pero no nos importa demasiado, no le pedimos más a una canción. Nos emociona, nos sirve. Nadie ni nada nos impide hacerla nuestra. Algo así ocurre con la pintura de Jack Davidson.
P.D. Mientras Jack escuchaba el tema Nikes del rapero Frank Ocean se quedó atrapado por la frase que da título a la exposición: brain... glitter. Al buscar la letra se dio cuenta que el músico no decía brain, sino rain. No importaba. La intensidad de esos dos conceptos - lo cerebral y lo resplandeciente, pero también lo intelectualizado y la sensualidad del glam rock - iba a ser el título de su exposición. Sí, sus títulos siempre suelen ser citas literales de canciones, pero no siempre hay que hacer lo que se espera de uno.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España