"Dibujar es una manera de pensar,…de pensar haciendo".

Para Irene Van de Mheen la leve frontera que separa lo real de su proyección es en su obra un juego de proporciones y medidas, de ilusión de profundidad y negación de la perspectiva que envuelve completamente al espectador en un escenario artificial.

Tomando el dibujo como punto de partida de todos sus proyectos, las líneas y colores se extienden sobre suelos, paredes y techos como base de una arquitectura nueva, con nuevos significados y posibilidades que el espectador puede experimentar al internarse en ellos, como en un espacio de recogimiento, una zona de silencio y experimentación donde el tiempo está suspendido como un intermezzo en la vida cotidiana.

Tanto en sus intervenciones en el espacio público como privado Irene van de Mheen vincula fuertemente ... la producción de sus obras al espacio donde se desarrollan, hasta el punto en que puede inducirnos a pensar que el escenario ha sido construido especialmente para este dibujo.

Esta dimensión arquitectónica encuentra en sus trabajos recientes una vertiente escultórica que se materializa en una serie de cerámicas en la que la investigación sobre lo plano y lo tridimensional cuestionan la naturaleza del dibujo en sí, dotándole de la naturaleza física, real, en la que la representación se vuelve objeto.