Descripción de la Exposición
Gonzalo Ariza (Bogotá, 1912 – 1995) fue uno de los más reconocidos artistas que centraron su obra en la naturaleza colombiana y el último de los grandes paisajistas del siglo XX. Sus obras, fuertemente influenciadas por sus años de formación en el Japón, le permitieron crear un estilo propio para recrear los distintos climas y paisajes del interior del país. En sus pinturas se interesa por la luz, la atmósfera, la nubosidad y las sensaciones ambientales de los diferentes climas. Se detiene en los detalles morfológicos de la flora y las especies vegetales que representa. A través de su obra, Ariza realizó una extensa investigación de la geografía y el paisaje tropical colombiano.
Hijo del fotógrafo Aristides Ariza y de María Luisa Vélez Montgomery, Gonzalo Ariza estudió de 1931 a 1935 en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, después de una conversación con Roberto Pizano y apoyado por su madre. En esos primeros años realizó una obra contestataria, indigenista, preocupada por lo social: óleos, linóleos y algunos dibujos. En 1936 viajó a Japón con una beca del gobierno colombiano donde estudió litografía, xilografía y grabado en metal en la Tokio Koto Kogei Gakko, como discípulo de grandes maestros naturalistas; entre 1936 y 1938, tomó clases particulares de acuarela en el Taller de Tsuguharu Foujita. Allá experimentó esa característica afinidad de los japoneses por la naturaleza; afinidad que no es tampoco romántica ni clínica, sino que corresponde a una relación del hombre con el espíritu vital de todo aquello que lo rodea: “Mi experiencia más importante fue el contacto con una cultura viva, donde el arte no es cosa de museo sino una actividad de la vida diaria, auténtico arte del pueblo, que lo mismo está en la pintura, en los jardines, en el teatro, en la ceremonia del té.”
En aquel primer viaje Gonzalo Ariza definió su propio estilo. Tomó de la tradición pictórica de ese país esa aproximación a la naturaleza como un todo sin límites, majestuoso e impactante. Su interés por un pasado común, evidenciado en las similitudes que se encuentran en la cerámica prehispánica, lo llevan a una técnica mas cercana a la japonesa que a la europea, tan común en sus contemporáneos. Llegó a Japón con la esperanza de descubrir algo nuevo y, en efecto, lo hizo, pues su arte pronto empezó a adoptar la pincelada del arte tradicional de ese país, el uso de la neblina para representar la atmósfera de las primeras horas del día, así como el uso de una figura en el primer plano para dar un contexto al paisaje que se representa en el fondo.
A su regreso a Colombia, hizo una exposición individual en 1940 en la Sociedad Colombiana de Ingenieros, donde mostró por primera vez sus paisajes: “Me ha interesado el paisaje como modo de expresión y por ser lo más propio y auténtico que tenemos. Además por su belleza y variedad, que lo hacen único en el mundo y está por pintarse.” Durante un breve período, Ariza fue profesor en la Escuela de Bellas Artes de Bogotá (1940-1942). En 1941 recibió el Segundo Premio en el Tercer Salón de Artistas Colombianos y en 1945 recibió el primer diploma de honor en el VII Salón de Artistas Colombianos.
En 1955, viajó nuevamente a Japón como el primer secretario encargado de asuntos culturales de la Embajada de Colombia, donde permaneció hasta 1958. Durante ese segundo viaje, Gonzalo Ariza realizó una exposición en la Galería Daimarú de Tokio, convirtiéndose así en el primer colombiano en exponer su obra en ese país.
Sin embargo, tras su retorno a Colombia, sus producciones artísticas en el país no fueron precisamente elogiadas de inmediato. Ariza fue un fuerte crítico de las tendencias modernas en el arte colombiano, las cuales consideraba mas cercanas a Europa, que a un verdadero arte nacional. Para Ariza, el paisaje representaba la esencia del arte colombiano: “El paisaje aparece como uno de los más importantes aspectos de la pintura y como su mejor aporte al arte americano moderno (…) aparece como una fuerte expresión nacional, como un campo abierto lleno de infinitas posibilidades.”
Ese choque con la crítica lo llevó a retirarse de los Salones Nacionales y de las salas de exposiciones por diez años a partir de 1963, pero nunca dejó de pintar. En 1973 Ariza regresó a las salas de exposición, primero en muestras colectivas. En 1978 hizo una muestra individual en el Centro Colombo Americano de Bogotá; en ella reunió acuarelas y óleos, realizados entre 1974 y 1978, algunas en formatos enormes. El ambiente de la crítica había cambiado, y renació el interés y la admiración por las obras de Ariza. En 1982 El Museo Nacional de Bogotá hizo una gran exposición retrospectiva de su obra, donde reunió 171 obras que mostraban la evolución de su trabajo.
Ariza vivía en una casa del tradicional barrio de La Candelaria en Bogotá, alrededor de un exuberante jardín nativo, cuidado por él, en el cual conserva algunas de las especies que ha reproducido en sus obras: geranios, orquídeas, helechos, parásitas y árboles frutales. En 1985 el gobierno de Japón le otorgó la condecoración Kun Santo Zuimosho por su capacidad de pintar en estilo japonés aun aquello que no necesariamente lo era y en 1987 recibió el Gran Premio Cooperartes a la vida y obra de un artista. Gonzalo Ariza fallece en Bogotá en 1995.
Como escribió Ana María Escallón en su ensayo ‘Ariza: El relator de los sentidos’ (Gonzalo Ariza, Villegas Editores, 1989): “En el arte colombiano Ariza es importante, porque se ha mantenido atado a su imagen y a su género. Esos paisajes a la distancia envuelven un recuento climático que casi serán un testimonio para la historia. En su trabajo es tan importante la lejanía como la atmósfera que cierra las circunstancias climáticas. Pero también sugiere olores, sentidos de presión, sonidos de placidez o de recargo de la piel, está siempre la armonía de las sensaciones” o como escribió Eduardo Serrano en su libro ‘Cien años de arte en Colombia’ Editado por el Museo de Arte Moderno de Bogotá en 1985: “El trabajo de Ariza – cuidadosamente elaborado de colores consonantes y mística serenidad ha sabido conservar su autonomía, conformando una de las producciones no solo más sensibles y coherentes, sino también más independientes en la historia del país.”
Exposición. 12 jun de 2021 - 11 sep de 2021 / Galería El Museo [ESPACIO CERRADO] / Bogotá, Distrito Especial de Bogotá, Colombia
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España