Al contemplar un paisaje inmediatamente surge el deseo de conquistarlo, de recorrerlo, de explorarlo y hay diversas formas de realizar este reto; los poetas y los novelistas lo hacen de manera bucólica y descriptiva, los músicos lo afrontan desde el sonido, y los pintores desde el reto de captar con su pincel los diferentes matices y tonos en que se descomponen los planos y la atmósfera.

Zambrano Molina, podemos decirlo sin temor es un conquistador del paisaje, su lucha se ve expresada en las pinceladas, en los gestos que dan lugar a las formas del paisaje, pero también es un explorador porque no se queda solo en la representación sino que le agrega la emoción, la vivencia de quien bebe de ese ambiente y es capaz de transformarlo a través de la pintura.