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Anka Manshusen ha conseguido, a través de sus proyectos y trabajos, crear un universo propio e inconfundible, en el que su gran sensibilidad le permite crear obras que llegan a los sentimientos de quien las contempla a través de la evocación, del recuerdo o del disfrute del instante captado.

Anka nos narra historias de un presente siempre en movimiento, en el que su mirada nos revela la poesía de lo eterno.

En sus trabajos, Anka nos muestra la esencia de la belleza, la infinitud del tiempo y la espiritualidad que habita en el espacio, para explicarnos que lo sublime se halla en la realidad en la cual vivimos.

Cameron Fraser, nos muestra una obra meditada y profunda. Sus flores son una forma de vanitas, que refleja la fugacidad de la vida. La flor, retratada en su estado más magnífico, se ha podrido. Sus pétalos, una vez orgullosos, han caído. Vanitas proviene del latín y se refiere a la vanidad, el orgullo mal colocado y el vacío de las posesiones terrenales y logros. Los grabados nos humillan, nos recuerdan que nuestros cuerpos son portadores transitorios de alma y del espíritu.

Contemplando sus creaciones podemos percibir esa presencia de alguien que se queda quieto y en silencio el tiempo suficiente para escuchar lo que nunca se dice en voz alta.

Miquel Aparici, escultor catalán, tiene la cualidad de ver mas allá que objetos en desuso, nos muestra su particular apreciación del mundo animal, un zoológico creado a partir del ensamblaje de 'objets trouvés' a los que dota de vida propia y gracias a su original combinación, están imbuidos de una gran fuerza expresiva.