Siempre me ha interesado el estudio del comportamiento humano, el rebuscar en sus entrañas. El fotografiar cajones de uso corriente sin manipular para nada su contenido ni disposición me parecía una buena manera de acercarme a la cotidianidad del individuo sin perturbarla con una presencia intrusiva. Este trabajo trata el tema de la identidad humana a partir del montaje de una especie de “gran hermano” que permite dar rienda suelta al cierto punto voyeurista que todos llevamos dentro, y satisfacer así esa curiosidad inevitable que sentimos por los demás, mediante la descripción física del contenido de los cajones y la subjetiva de la manera de comportarse del propietario a partir de los objetos que posee y de la forma en que los dispone.