Descripción de la Exposición
Esta exposición es parte del Festival Off de PHotoEspaña 2019.
Con motivo de la inauguración de la exposición de DIONISIO GONZÁLEZ en la galería Siboney, -en el marco del Festival PHotoESPAÑA 2019-, el sábado 4 de mayo, tendrá lugar un encuentro con el artista en el CENTRO CULTURAL MADRAZO de Santander, a las 12:30. Y el visionado de un par de videos del artista, todo ello guiado por Eduardo Fernández Abascal.
Dionisio González (Gijón, 1965)
Licenciado desde 1989 en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla. Continuó allí como profesor, en donde imparte el curso “De la Idea artística a las políticas sociales” en el Máster en Arte: Concepto y Producción. Es Doctor en Bellas Artes con la tesis “La Estética del Horror”. Amplió sus estudios en Imagen asistida por ordenador en la Wilkey´s Moor Print Workshop de Devon en Inglaterra. Realizó en el curso 1991-1992 estudios de posgrado en Estampación artística, procesos infográficos en el Collegue of Art de la Heriott Watt University de Edimburgo. Después realizó un curso de Multimedia y fotografía avanzada en The Camberwell College of Art de Londres.
Su trabajo ha sido expuesto en numerosas instituciones y museos en todo el mundo como el Museo de Arte Contemporáneo de Cleveland, el CAPC (Musée d’Art Contemporain de Bordeaux) en Burdeos, el MNCARS (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) en Madrid, el Museum of Contemporary Photography en Chicago, el MAMBO (Museum of Modern Art in Bogotá), el Folkwang Museum en Essen, el MASP (Museo de Arte de São Paulo) en São Paulo o el MOCCA (Museum of Contemporary Art) en Toronto. También ha participado en festivales de arte como la Bienal de Venecia, la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla, La Bienal Busan (Corea del Sur), la Bienal de Miami, la Bienal de arte contemporáneo de Le Havre o la Bienal Gwangju (Corea del Sur). Su trabajo puede encontrarse en numerosos museos y colecciones, como el MNCARS de Madrid, la colección de arte del ING en Ámsterdam, el Museo de fotografía contemporánea de Chicago, el Centre National d’art et de culture Georges Pompidou en Paris; la colección Margulies en el Warehouse en Miami, la colección Caldic de Rotterdam, la Fundación Neuflize Vie en París o el Williams College Museum of Art en Williamstown.
Se trata de un artista multidisciplinar afincado en Sevilla, que reinventa el paisaje, los espacios y sus derivas sociales. Preocupado por los modos de habitar contemporáneos, las relaciones del hombre con el medio, y por el naufragio social, crea obras reactivas y propositivas. Ficciones que nos permiten imaginar nuevas alternativas, en las que conviven caos y belleza, conjuntamente con una fuerte carga conceptual y teórica que articula la posibilidad de crear un lugar mejor, más habitable.
La serie que presenta la galería Siboney, Inter-Acciones, en blanco y negro, muestra arquitecturas ficticias, inciertas y misteriosas que aparecen injertadas en entornos heterogéneos. Reflexiona sobre el abandono y la interacción de la naturaleza con el aparato arquitectónico.
La serie se origina en 2001, año en que realizó una pequeña serie que ya denominó Inter-Acciones. Se trataba de imágenes donde planteó por primera vez un encuentro imposible entre arquitecturas precarias y naturaleza. Doce años después vuelve a retomar esta idea para plantear un conjunto nuevo qué parte del mismo origen pero que es sustancialmente distinto.
Las estructuras inacabadas de antes, se han convertido ahora en misteriosas casas aisladas situadas en hábitats dispares. Ante ellas da la sensación de que nos encontramos en un futuro indeterminado contemplando con extraña curiosidad habitáculos inesperados que acabamos de descubrir.
Toda arquitectura cautiva, pasa por un proceso de detenimiento debido a que sus conductos o su contexto se invierten en una economía improductiva. El ajamiento, la desfiguración son propiedades de la arquitectura, de su expedición y sus prácticas. La particularidad de estas edificaciones es que no presumen o no relacionan una órbita inmediata con las ciudades, luego no se conoce con exactitud a los culpables, a los agresores salvo a los agentes ambientales y a la movilidad social, ambos promotores de una cultura de la urgencia. Toda arquitectura cautiva es condescendiente elabora y promueve un estado cercano a la inspiración, decía Kevin Lynch que podrían facilitarse mapas turísticos de desechos locales, ruinas y restos. En definitiva, porque la mella, la avería, la decadencia y lo insólito modelan formas fantásticas de atracción.
El hecho de que las construcciones de esta serie se encuentren sobre pilares o esbeltos machones de hormigón armado sosteniendo un plano horizontal estructural y quedando la planta baja exenta tiene un sentido lógicamente constructivo, pero también simbólico. Por un lado combaten el entorno y sus irregularidades, estructuran plantas vacías sin erosión pero con corrientes y flujos, permiten la función del mirador; por otra parte estatuyen un lenguaje de aprobación y merecimiento con el entorno, son saludables; es decir, no son ilegitimas, se interpolan desde sus postes o zancos sin viciar, sin corromper y adulterar el paisaje.
Entre estas arquitecturas alzadas se encuentran formas elementales y ejercicios de construcción más complejos, en ocasiones desagraciados, en otras imponentes, su consistencia, sin embargo, es siempre porosa, esponjosa. Si como señala Enric Batlle los jardines domesticaron la naturaleza para el ocio y los parques la introdujeron en las grandes ciudades, la naturaleza se encuentra en esta serie neoruralizada: plantaciones, alineación de carreteras que dividen espacios, que provocan fincas de rentabilidad nula, bosques marginales y elementos industriales que ayudan a estructurar el paisaje. Todos ellos son los espacios de confrontación, del arraigo y el barreteo.
El mundo jardín queda forcluido, contenido, su retorno a lo real se manifiesta a la manera de lo inmundo, los pasajes de diferentes vistas no se ordenan de forma jerárquica sino estremecida por materias orgánicas que se han vuelto preciosas por el hecho inconsciente de la confrontación con el sufrimiento. Las arquitecturas desconvocadas y presas de su entorno provocan la nostalgia en el espectador: El deseo por el hogar perdido, lo cual no deja de ser una obrepción: una fabulación construida para fortalecer nuestros linajes, nuestros clanes, nuestra prosapia ya desnaturalizada pero engañosamente elevada. En palabras de Andreas Huyssen, “esta obsesión hacia las ruinas encubre la nostalgia por una etapa temprana de la modernidad, cuando todavía no se había desvanecido la posibilidad de imaginar otros futuros”.
Exposición. 04 may de 2019 - 10 jun de 2019 / Siboney / Santander, Cantabria, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España