Descripción de la Exposición
Sonia Navarro (Puerto Lumbreras, Murcia 1975) inaugura su tercera exposición individual en la galería T20. La muestra bajo el título 'Infinitas hechuras', parte de los patrones de costura como base, y de la multiplicidad de formas que generan, a través del uso dado por la artista.
Cuando Humberto Eco acota la cultura de masas y fija, de forma tan acertada como afortunada, las posturas de 'apocalípticos e integrados', las formas de arte -que se encontraban en las fronteras del término con mayúsculas- sufren una revisión en clave no sólo semiótica, como sería previsible, si no también sociológica. En este periodo y hasta hoy, desde el cine hasta el cómic, la valoración de estas antiguas 'artes menores' cambia y pasa a centrar la mirada de críticos. En otras palabras, son dignificadas. El tebeo de toda la vida, de la mano de Will Eisner, pasa a ser, con una trama argumental más compleja, 'novela gráfica'.
La hibridación es una consecuencia natural de este paso y del nuevo interés que en la alta cultura despiertan esas formas artísticas que surgen, como los microjardines que crecen en las juntas de las baldosas de la calle cuando llueve, de forma inesperada.
El objeto cotidiano pasa el noble estadio de la gran creación. Ahí estaba el germen del arte actual desde el momento en el que Duchamp utiliza un botellero. Está en toda la tradición que va, via Manzoni, hasta Santiago Sierra, pero está también en el desarrollo del Patchwork y su hermano el collage en toda la tradición que arranca en las artistas populares norteamericanas, siendo recogido el testigo por Bourgeoise, Trockel, Amer… tan presentes siempre en el trabajo de Sonia Navarro.
La artista utiliza los patrones del Burda, de Telva, de las revistas con las que hemos crecido. La fascinante trama de colores rojos y azules, mapa indescifrable para los hombres, de una belleza cercana a la de los portulanos del siglo XVI. Toma un elemento aparentemente insignificante, pero que detalla, en sus curvas y quiebres, en sus líneas discontinuas, el árbol genealógico de la construcción de la identidad cotidiana femenina en la España de la posguerra.
El Trabajo de Sonia Navarro tiene una serie de constantes presentes también en este trabajo, pero se sustenta en tres pilares: el dolor de las limitaciones, su condición con la herencia que conlleva y la belleza. Tres patas, como las piezas que componen la instalación. Partiendo de esas constantes a las que la artista es fiel, esta intervención supone un importante paso adelante en la búsqueda de nuevas fórmulas expresivas, como corresponde a una artista en constante proceso de investigación, de crecimiento.
Las piezas bidimensionales sondean nuevos materiales, nuevos conceptos vinculados a la serialización que conlleva el término patrón, generando una paradoja tan interesante como inquietante: la unicidad de un producto nacido para ser múltiple. Visualmente recogen la percepción de la mujer que Navarro ha plasmado, como un hilo conductor, en todo su trabajo. Hilo que conforma otra de las piezas, una obra prácticamente desmaterializada en la que el juego de la memoria es mostrado en forma de mínimas sombras, en una de sus más sutiles composiciones.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España