Descripción de la Exposición
INCÓGNITAS Y CERTEZAS
-EXPOSICIÓN DE CARLOTA CUESTA-
Hay un vertiginoso abismo entre el pasado real y el que intuye o imagina el artista. Todas las manifestaciones son engañosas y no hay ying que no contenga algo de yang y viceversa. Ni hay poder que no esconda el reverso de su fuerza. El cúmulo de luz que encierra el blanco, donde el blanco sobre blanco devora todos los colores, puede arrastrarnos a un destino incierto. También puede llevarnos a la puerta del misterio.
Cuando el artista se olvida del saber aprendido y pretende un inconsciente, logra la espontaneidad y la verdad. Si algo se nos resiste debemos aceptar que intentar descubrir, quitar el velo a lo oculto, exige un esfuerzo activo. La comunión con lo sagrado conlleva sacrificio y, tal vez, sólo el iniciado la alcance. Los dioses eligen libremente.
Nos movemos entre sombras. No es fácil despejar las incógnitas. Los hallazgos, unas veces fortuitos otras buscados, plantean un sin fin de hipótesis. ¿Qué muestran estos paisajes inventados? ¿Nos hablan de un pasado remoto o quizá de un futuro próximo? Hay testimonios de lo primero e indicios de lo segundo. No hay que olvidar que la historia es cíclica. Lo que ayer fue puede mañana implicar un será. Y tal vez sólo un desliz de la razón nos descubra esta arqueología soñada.
Si hablamos de pasado ¿cuándo comenzó todo? ¿Qué día, qué mes, qué año? ¿De qué tiempo hablamos? ¿Del tiempo antes del tiempo, quiero decir cuando el tiempo aún no existía? Incógnitas.
Las claves de acceso a las respuestas son personales. Nadie cruza a la otra orilla por uno.
En esta arqueología hay muestras de antiguo esplendor. Escombros. Ruinas. Soles muertos. Líquenes fosilizados. Estratos. Sedimentos. Polvo de rocas. Un manojo de aperos… Y si hablamos de hoy… Hay campos arrasados. Bosques incendiados. Maderas carbonizadas. Animales desaparecidos. Plantas fosilizadas. Tierras devastadas. Aguas contaminadas. Hambre. Guerras. Odios. Promesas incumplidas. Certezas.
El hombre no descansa de sembrar de odios la tierra toda. El tiempo tampoco descansa, ya lleva muchas miríadas de milenios a la espalda. Falsos sueños. Falsas promesas. Habrá que abrir una ruta a la esperanza. Llenar de sueños el vacío existente. Despejar el sendero. Buscar nuevos caminos. El arte puede ser uno de ellos. Siempre nos movemos entre incógnitas, y algunos buscan la certeza.
DEIDADES
Hay que buscar sueños que tomen formas nuevas. Hay que buscar nuevas deidades. La tierra está secándose y empezamos a ver árboles muertos, sin hojas, sin flores y sin frutos, y ya los pájaros no saben dónde poner el nido. Antes del sol negro hay luz de luna matutina, y nos alumbran velas que apáticas titilan mientras siguen desbocados los caballos del hambre de justicia. Las hierbas de los prados se agostan y un martillo golpea el yunque del olvido. Algunos pocos lloran en cascada, antes que la desgracia gire como una noria eterna y algún dios ofendido, más que otro, haga que lluevan piedras y se glaseen las rocas. Que sea enjambre la tierra de fango, lava y escoria. Sople el viento y el tornado haga círculos concéntricos donde el pensamiento tiemble al ver que descendemos al abismo, y las abejas se escondan en boñigas después de devorar las cosechas y arrasar los campos. Noche profunda, en trance y arrebato. Hay pocos, unos pocos, que ya entonan el réquiem ante el destino de muerte que creen inevitable pero su llanto sólo llena de cansancio y soledad el aire, una tortura irresistible, porque anhelan el perdido rastro de la luz, el rocío de los verdes prados, la flor de primavera o la escarcha del invierno. Ver que ya no quedan almendros en flor, ni cerezos en flor, ni azahar en los naranjos les trastorna. Y en su noche profunda anhelan inventarse un mundo y refugiarse mientras en la isla de los lotófagos, pero ni los comedores de loto vencerían esta acidez de endrina que ha preñado la culpa y ha secado los líquenes del alma.
Tal vez he tenido un sueño, mas abro los ojos y el Mal existe. El mal huele. El mal se siente. Es real. Se ha instalado aquí, y parece que es para quedarse.
Como es arriba, es abajo. Como es abajo, es arriba. Lo dijo no sólo Hermes. La vida es energía en vibración. Hoy por las venas del hombre corre sangre vieja. El grito de los inocentes es mero paréntesis, intervalo que nos separa del abismo. Los cuerpos son amasijo de confusión y duda, y la alarma que provoca el grito de los desesperados rompe los límites de lo tolerable. Ha llegado la hora. Hay que mirar arriba.
Aquí tenemos unas esculturas que no pretendían serlo, pero son. ¡Dioses custodios, centinelas de almas perdidas! Sencillos, cotidianos, próximos. Sorprendidos, callados, expectantes. Despojados de boato. Hay variedad para elegir. Parece que esperan nuestras súplicas, que los tomemos bajo el brazo, los llevemos a casa, y les pongamos en un altar doméstico, como se hacia con las antiguas capillitas.
¡A qué esperamos!
Scardanelli*
*Es el nombre con que firma la poeta Encarnación Pisonero los textos
sobre artes plásticas. Es miembro de AMCA, AECA y AICA.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España