C O L O C A R

Iñaki Imaz y Kiko Pérez exponen conjuntamente sus últimos trabajos. Los dos piensan que exponer

es un ejercicio difícil que condiciona el proceso de creación más allá de lo consciente, de lo deseable y,

a menudo, de lo admisible. Por eso, para ellos, al margen del posible interés que puedan aportar sus

relaciones biográficas o profesionales en lo que se refiere a lo personal, y formales o simbólicas en lo

que se refiere a la obra, el valor de este ejercicio de exposición conjunta tiene que ver con el apoyo

que durante el proceso de elaboración se han prestado recíprocamente, en el sentido de tratar de

identificar el deseo propio y de estar atentos a no realizar concesiones ni a sucumbir a

requerimientos ajenos al mismo. El mayor o menor éxito de la empresa ... es lo que ahora, a la vista de

la exposición, queda por dilucidar.

Pintores ambos, parecen compartir cierta pulsión por huir de lo gestual, o, cuando menos, por

?enfriar? el gesto, así como por extender, dar brillo y ?colocar? el color como si éste fuera algo más

parecido a una cosa palpable que a una sensación óptica (óptica en sus efectos, aunque cuente con

una base material). Por eso mismo quizá, ese color desborda a menudo los límites del lienzo, dando

lugar a cuadros cuyo asunto parece ser el espacio y a objetos cuyo asunto parece ser la imagen. Más

allá de catarsis expresivas, la importancia de esa pulsión radicaría en el tipo de trabajo al que da

lugar. Ansioso por atrapar y retener la mirada, parece mostrar las dificultades que la búsqueda de un

lugar y un tiempo propios siempre genera. A su vez, la importancia de ese problema artístico vendría

dada desde su analogía con ese otro problema vital que supone el ser un individuo en sociedad.