Descripción de la Exposición Explicar la pintura puede resultar tan innecesario como explicar un chiste. Todos conocemos algún pesado que destroza la gracia propia, o incluso la ajena, con explicaciones superfluas, prescindibles o extemporáneas, y que nos hace mirar para otro lado, pasar a otro asunto o fingir una sonrisa cortés de punto y aparte. Algunos hemos leído más de un catálogo de arte donde el esforzado comentarista, confundido entre sus buenas intenciones, nos destripa la trama de la exposición y nos desvía la atención de las partes y las ideas interesantes de esa obra hacia aspectos que cree haber descubierto, para lucimiento propio y deslucimiento del trabajo del artista. ?Creía entender la exposición hasta que he leído el catálogo?. Por eso no voy a dejar que nadie presente mi exposición y voy a intentar explicar lo inexplicable, evidenciar lo evidente y enfatizar lo notorio. Ustedes, en el supuesto de que este comentario les resulte superfluo, pueden poner punto y aparte, pasando a otro tema, simplemente pasando esta página, y hacer que su propia visión trabaje y que sus personales interpretaciones fluyan. Para aquellos que gustan de acompañar lo que ven con un texto, que quieren el fondo de la voz de alguien tras lo que capta la mirada, como cuando leemos el bote del colacao en cada desayuno; valga este escrito a modo de presentación y un poco quizá como explicación. Me presento: Soy Iñaki Bilbao, nacido en Bilbao, pintor desde los once años, he realizado en torno a mil cuadros durante los últimos cuarenta y tantos años y enseño pintura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea. Y me explico: Se trata de una exposición de pinturas de esas que antes se llamaban figurativas, o realistas, y que ante el notable desgaste que el ataque de los eufemismos ha producido en los términos propios de la estética ?la misma palabra estética que en griego significaba sentir, ahora quiere decir peluquería y manicura-, nos vemos obligados a recordar una y mil veces al espectador que nuestras imágenes se corresponden, en cierta manera, con cosas. Ni más, ni menos. Hemos podido constatar que hay algunos que han llegado a llamar a esta forma de pintar representacional. Toma. Representan estos cuadros -eso supongo que quedará más o menos claro- algo que tiene que ver con alguna faceta de ese dudoso mundo al que llamamos realidad visual, sin caer en la cuenta de que muy poco sabemos de la realidad y muy poco también entendemos de lo que vemos. Se sirven estas pinturas de algunos de los rudimentos de la representación de objetos en el plano: la perspectiva, el claro-oscuro, los contrastes cromáticos; técnicas y trucos de la tradición pictórica, que incluyen al convencional óleo sobre lienzo como resultado práctico final. En alguna ocasión se intenta romper la planitud del soporte en una especie de licencia a la tridimensionalidad, de la que también se presenta aquí algún ejemplo. Se trata, en todo caso, de mantener lo que algunos semiólogos llaman un nivel bajo de retórica visual. Han de ser estos cuadros entendidos como un intento de transmitir alguna forma de emoción a través de aquello que se muestra, de la elección de los motivos, de los puntos de vista, de las luces; y también del trabajo convencional del pintor. Dejo en manos y en ojos del espectador el hipotético hallazgo de lo que estas pinturas puedan tener de expresivo, de novedoso o de emocional. Y ya me callo para no estropear más el chiste.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España