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Según escribíó Pablo Llorca en el texto del catálogo de su exposición Arte termita contra elefante blanco (Fundación ICO, Madrid 2004):

A diferencia de lo que cada uno de los artistas ofrece por separado, los dibujos de The Royal Art Lodge poseen una diversidad estupenda, difícil de ser catalogada. Aunque marcadas por tratarse de obras de tamaño reducido y de ejecución rápida, sus distintas formas son la consecuencia de las combinaciones de autores posibles, y también de sus diferentes intereses expresivos. Por eso es fácil encontrar tanto obras ácidas como directamente ... dramáticas, algunas con alusiones eróticas y otras cargadas con gravedad existencialista. Además del tamaño, y también del humor, el elemento común que las recorre es la apropiación que hacen de los recursos de los medios infantiles. No es sólo que en ellas sea frecuente encontrarnos con niños, sino que los recursos desplegados proceden con frecuencia de los estereotipos del cómic (no sólo, a veces simplemente de la historia de la ilustración para niños).

Podemos pensar, a propósito del trabajo del grupo, que es la consecuencia de la personalidad de sus componentes, pero con aleaciones distintas. Si analizamos por separado la obra de la mayoría de los artistas encontramos intereses comunes, o similares al menos, expresados con formas distintas, aunque en todo caso relacionadas por los vínculos de atracción hacia lo extraño, e incluso inquietante, el humor negro y los juegos absurdos. Y por la atracción hacia lo ambiguo y perverso que emana del mundo infantil. Un mundo que en apariencia está lleno de candor e inocencia, pero que se nutre de la violencia y de lo cruel.