Si Débora Arango libró desde el arte la batalla por una sexualidad libre y sincera, ridiculizando en ciertos casos a la Iglesia, Blanca Botero libra la suya por una planeta vivo y sano, criticando sin miramientos a ciertas transnacionales. Débora inició su cruzada hace más de ochenta año y la adelantó en solitario; Blanca por fortuna no está sola en la suya y trabaja con el temple de la mujer pensante que tiene la razón y la plantea.
Si consideramos que son muchos los artistas contemporáneos preocupados por las alteraciones que ha venido sufriendo el medio ambiente por efectos del calentamiento global, absolutamente patente en estos días de sequía, el visitante de esta exposición debe recorrerla sabiendo que, aunque compuesta de muchos y muy diversos elementos, se trata de una sola y gran instalación.
Los dibujos sucios trazados con petróleo crudo tienen un complemento en las casas de vidrio soplado concebidas como...metáforas del hogar fragilizado que es el planeta Tierra, en proceso de implosión por el mal trato que le damos.
Los cojines "ornados" con bosques en vías de extinción son la contraparte del video que muestra aves untadas de esa cosa mal oliente y asquerosa que llamamos "oro negro", el combustible fósil que mueve los motores que escuchamos a toda hora en Bogotá, extraído y refinado por transnacionales cuyas plantas industriales son las antesalas de la muerte que ha de llegar con la implosión. Esta gran instalación de Blanca Botero es un imaginativo despliegue de medios para visualizar en esta muestra la implosión que alimentamos todos y entre todos debemos evitar.
ÁLVARO MEDINA
AICA COLOMBIA
Entrada actualizada el el 01 mar de 2016
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