Descripción de la Exposición
Disfrutar la belleza de una obra de arte es fácil cuando su mensaje llega con sencillez y no son necesarias las interpretaciones profundas para entender las abstracciones y caprichos de sus creadores, es por esto que el arte de Alice atrapa tanto. Sus piezas van más lejos que las bellas artes, son voces altas y fuertes que hablan sobre la hermosura de la naturaleza y la ceguera que insistimos en sostener respecto a cuidarla y fomentar su conservación en todas sus manifestaciones. No es poco lo que puede lograr una propuesta artística contundente si toca las fibras indicadas y estas obras las tocan. Nos sensibilizamos ante una mariposa gigante y llena de belleza cuyo capullo fueron maderos que botó el mar, bordados por las manos de la artista y nos impresionamos ante un pez imponente, hecho de palos que trajo un huayco hasta la playa, palos que ahora son trazos y líneas dibujadas a mano alzada en el aire.
A través de sus esculturas podemos ver que la niña que Alice lleva dentro sigue curiosa, activa, juguetona, traviesa y llena de ternura. Esa niña no para de preguntar y nadie le da las respuestas que busca, por eso ella inventa las respuestas. Nadie puede contestarle por qué descuidamos la casa si no tenemos otra, ni por qué usamos el mar como un botadero. Esa niña ve figuras, objetos utilitarios, personajes o partes de un ensamble donde alguien solo pudo ver algo inútil. Sus ojos, conectados a su imaginación e ingenio, fantasean con todo lo que ven, por eso la niña pasó de ver conejos en las nubes a hacer mantarrayas y enredaderas usando como insumos nuestras irresponsabilidades. Ella recibe y reúsa todo, incluso las descargas de la tierra, con las manos abiertas y el corazón infantil.
Años viviendo a la orilla del mar han fortalecido su amor hacia él, ella pasó de los pensamientos sobre la preservación del medioambiente, a la acción con los recursos inacabables propios de un artista. Acción en el caso de Alice significa recolectar lo que ofrezca el canto del mar o recoger raíces rotas de árboles sustituidos por cemento, para vislumbrar en ellos fondo y forma y gestar en su taller piezas únicas con un trasfondo mayor. Decidir que una palmera será el suministro de escamas para sus peces, o vislumbrar en un trozo de madera rota el cuerpo de un hombre, es propio de un espíritu creador por naturaleza. Y si con estos recursos crea mensajes para proteger el hábitat de piqueros, gaviotas y de la vida marina, además del nuestro, ese ser creador trasciende con más fuerza que sus esculturas. Su trabajo se distancia de la restauración y se ubica en la reanimación, en dar a luz a partir del ocaso de un objeto.
La intensidad de su carácter hace que almacene y se llene de materiales simplemente por su potencial aún por descubrir, ella ve más allá de lo evidente, descubre belleza y crea para nosotros mensajes de responsabilidad ambiental, porque no le es fácil convivir con nuestra desidia ante la necesidad de reducir y reusar.
Si la preciosidad es un concepto relativo y lo bello para uno no es tan bello para otro, aquí hay un punto de encuentro en el que todos coincidimos. La belleza que esta artista produce sobrepasa las formas, los colores, los materiales y los formatos, nos estaciona en el mensaje y logra que todos comulguemos con la misma idea, que reaprendamos a ver y que su arte es una fuente de propuestas reales a problemas concretos.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España