Descripción de la Exposición
I´M A RABBIT
Mi abuelo era mago…
Los sábados solíamos comer conejo.
De niños jugábamos con papá. Un día intentamos comunicarnos telepáticamente cada uno en una punta de la casa.
-Concéntrate durante 2 minutos. Te mandaré una imagen con la mente y tú intentarás visualizarla. ¿Qué ves? -Me preguntó alzando la voz desde otra habitación.
- ¡Veo un conejo blanco con un ojo negro! -Respondí.
Mi padre vino corriendo sorprendido por el acierto.
- ¡Lo hemos conseguido! Sostuve un bombín negro sobre la pared blanca mientras jugábamos. ¡Es el ojo del conejo!
(La curiosidad y el escape de la vida adulta llevan a Alicia a perseguir al conejo, luego aparece la pérdida de identidad al caer en la madriguera. Alicia está física y psicológicamente perdida.)
Años de crianza, crisis de identidad, pérdida de la independencia, de la individualidad.
Cuando no me siento (de sentir), me refugio en una madriguera profunda y recóndita. Viaje al interior, al INFierno, al INFinito. Disección de sentimientos, emociones, razones y pensamientos. Entretejer imágenes que brotan inconscientemente con otras reflexionadas. La experiencia vital, conversaciones. Un brindis del entorno.
Y pinto un cadáver exquisito con la sencillez de un niño:
Casa, familia, tú y yo, conejos, violencia doméstica, sobrellevar, sobrevivir, ausentarse, dormir, soñar, desear, amar, ansiar, irse. Mutilar, decapitar…
-Matando conejos me siento mejor en tiempos de crisis. -Dije.
(El conejo es una figura recurrente, su imagen es tierna y el ser humano resulta atroz).
La vulnerabilidad humana, la deshumanización, la mascarada, la coraza, el refugio.
Desaparecer para buscarse y encontrarse de nuevo. (Más firme, más yo).
Mi abuelo era mago.
En I´M A RABBIT, hablo de la pérdida de identidad, echarse a un lado, frenar y verse. Ahora eres una persona más además de lo que eras, cuando ese “que eras” ahora es actor secundario en tu presente. Esto me ha pasado con la experiencia de la maternidad. Los ritmos vitales cambian, ya no te sientes individuo, eres dos y el otro es el que dicta. Dejé de pintar durante casi dos años y cuando me obligaba a retomarlo lo hacía con un ritmo entrecortado y agónico.
Desde lo cotidiano, desde la madriguera, desde casa, jugando, creé junto a mi hija imágenes collages. Entre sus trazos y mis dibujos primero, entre sus dibujos y mis recortables después. Fue surgiendo así un imaginario que reflejaba una deconstrucción formal de lo que había pretendido en series anteriores. Mis intervenciones figurativas en cuadernos compartidos se veían ahora arrebatadas por trazos descontrolados, absolutamente mecánicos, sin intención ni conceptual ni estética, pero que aportaban desde mi criterio una expresión muy afín al sentimiento que yo tenía respecto a la pérdida de mí misma. Luego conforme el tiempo avanzaba y mi hija iba cogiendo destreza, sus dibujos han ido sumando una intención y significado completamente ajenos a los míos. Sin embargo, formalmente la simbiosis me pareció perfecta como recurso expresivo. Cuando retomé mi actividad artística en el estudio decidí utilizarlo en mi obra.
En esos días de ritmo vacilante, sola, frente al papel en blanco, frente al lienzo en blanco, frente a mí misma en blanco, esbozaba conejos decrépitos, locos, borrachos de sí mismos… mimando su tierna imagen como si de mis guardianes del sueño o de mis pesadillas se tratara. Entonces pensé, ya están aquí de nuevo.
La primera vez que pinté conejos los vinculé a una crisis creativa en 1998, yo creo que entonces no era consciente de que la crisis era más existencial. Desde entonces no he dejado de hacerlo. Llego a la conclusión de que mis conejos soy yo, un reflejo de mí misma, de mi lado más vulnerable. Por ello “matando conejos me siento mejor”.
Hablo de la soledad, del silencio, del Amor, del desamor y del abandono.
Yo soy un conejo, soy una mujer.
Reencontrarse, reconocerse, reafirmarse.
A veces me pierdo un poco, me falta tiempo, espacio, me falto yo.
Cualquier medio creativo me permite reafirmarme como individuo y encontrar sentido a la existencia, gestionar emociones y canalizar la “No lógica” tan importante a mi juicio.
Crear, matar, salvar, deformar, mimar, pervertir, perder, buscar, encontrar…
Cuca Nelles, Santander 2021
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Castilla La Mancha, Cuca Nelles ha sido premiada en el X y el XI Certamen de Artes Plásticas Fernando Zóbel (1998 y 1999), en 2000 y 2005 por la Consejería de Educación y Juventud del Gobierno de Cantabria y en 2006 en el V Premio de Artes Plásticas del Gobierno de Cantabria. En 2010 expuso en el Observatorio de las Artes de Arnuero con su individual “Rojo oscuro 162”. En la galería Juan Silió “A hurtadillas” (2008) y “Nos Otros” (2013). En 2015 “Los ojos de los muertos” en el Espacio MeBAS (MAS). Ha expuesto colectivamente en muestras como “Veinte miradas desde Cantabria a la violencia de género”, “My name is Esperanza” en el Mercado de la Esperanza, Santander, “Beauty and Sadness”, en la Galería Torreao Nascente da Cordoaria Nacional, Lisboa, y en Industrie und Handelskammer, Frankfurt am Main, Alemania. Ha participado en SIANOJA, en el Palacio de Albaicín de Noja, en el Festival Miradas de Mujeres en el CASYC de Santander y en la colectiva de artistas cántabros “Meaning Making” (2013) en el Instituto Cervantes de Nueva York. En 2017, “Blanco Media y carajillo”, Castillo de Argüeso, Reinosa; en 2018 “Las sinsombrero”, Biblioteca Cantral de Cantabria; “Frontera 40” (2020) en Casa del Aguila y de la Parra, Santillana del Mar y “De tal palo tal astilla” (2021) en la Sala Mauro Muriedas de Torrelavega. También ha estado presente en ferias como Artesantander o Artelisboa. Su obra se encuentra presente en la Colección Norte del Gobierno de Cantabria, Colección Caja Cantabria y Colección Instituto General de la Mujer de Cantabria.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España