Salvador Torres expone su segunda individual en Italia. Se trata de Il vuoto come eredità. En esta extensa muestra, compuesta por unas cincuenta piezas de formato medio, nos muestra su universo creativo resumido en los últimos años de producción. Como explica el crítico e historiador Giovanni Cardone: "en las obras de Salvador Torres destaca la embriaguez cromática formada por elementos visuales e hiperfigurativos que crean composiciones armónicas como un magma en movimiento, es uno de los principales vehículos de comunicación visual de sus emociones, de su inconsciente, haciéndolo casi asible. En sus lienzos estallan formas y colores, o más bien "ideas", que crean en el espectador una densa red de aportes y recepciones, una ósmosis constante de conceptos que remiten a las fuerzas eternas y dialécticas que dominan la existencia de todo ser humano: alegría y dolor, calma y pasión, oscuridad y luz, vida y muerte”.