Descripción de la Exposición Durante sus estudios de Bellas Artes en la Universidad de Barcelona Gabriel Pericàs (Palma de Mallorca, 1988) ha alcanzado un índice poco habitual de presencia pública a través de sus primeros trabajos. Esto se debe al desenfado con que manipula las estrategias lingüísticas ya sancionadas por la tradición del arte conceptual, conjugando una apariencia lúdica con un estimulante control del atractivo formal. Sus obras, por su propia naturaleza comunicativas y parlantes, casi soeces en su explicitud, tienden a una condición muda, a una resistencia a la decodificación pareja a la expresividad del imaginario que suscitan. Por medio de ellas ha ido articulando una composición autobiográfica, una exhibición aparentemente impúdica y transparente de sus deseos y filias que, más que derivar en la construcción de un personaje, desvían la atención del lector hacia aspectos banales y contingentes que poco a poco se van impostando como ficción, con la temporalidad extra artística de la rumorología. Para el proyecto que clausura el ciclo de Composición de lugar Gabriel Pericàs produce la propuesta aparentemente más espectacular: al modo de una iluminación comercial subrepticia, los ventanales de la primera planta del Espai Caja Madrid muestran a la plaza de Cataluña una serie de instalaciones de neón. Compuestas por elipses con movimiento espiral, ejercen una llamada obvia y, al mismo tiempo, son enigmáticas respecto a su sentido final. Esta es la tónica global: una juguetona falsedad, el parecer y no terminar de ser. Como contraste, en el interior, una serie de piezas se disponen en una sala superior como dejadas a un lado, planteando una especie de exposición provisional que todavía vaya a tener un posible lugar: así, cada elemento funciona como un sintagma con disposición astutamente descuidada que, a partir del gancho espectacular del exterior, se despliegan como miembros de un acertijo irresoluble. La intervención consiste precisamente en una yuxtaposición simulada a la que le faltan las conjunciones de unión. La cadena de significación parte del propio título, traducción al francés de una frase hecha en mallorquín. El empuje que sugiere es el que va haciendo encajar las piezas en un puzzle que se vuelve más personal a medida que se penetra en el interior, pero con una sombra de trama o ficción que lo pone todo bajo sospecha, incluso gracias a su disposición desmadejada. Como en una máquina célibe duchampiana, es el deseo el que promueve el secreto escamoteado en los diferentes elementos de esta representación: el deseo histórico que científicos utópicos destinaron a la construcción imposible de máquinas de movimiento perpetuo; el sueño del diseño contemporáneo de lograr la máxima adecuación en la unión simple entre forma y función evocado por las sillas Thonet; la construcción icónica de la veterinaria que expresa el deseo del artista por insistir en la repetición masturbatoria de una proyección adolescente de la libido; y, finalmente, el deseo irremediable del público por descifrar, por entender. Incluso las piezas que resulten más legibles en su autonomía, directamente comunicativas o ciertas, ejercen de gancho sobre el conjunto, de tal modo que lo que parece engaño se convierte en una sospecha global sobre la propia representación: como un carnaval en el que los gestos resultan familiares pero donde nunca se produce la caída definitiva de las máscaras. El empuje que da sentido al conjunto, que enlaza esos restos o citas en una cadena hablada se producirá tan sólo en el momento inaugural, como la propia exposición: una tirada de dados que dará sentido al aparente azar. O, simplemente, otra trampa engañosa en un tablero del que sólo los asistentes conocerán las reglas de juego.
Exposición. 13 dic de 2024 - 04 may de 2025 / CAAC - Centro Andaluz de Arte Contemporáneo / Sevilla, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España