Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- El estilo de Ignacio Burgos (Madrid, 1968) puede describirse como -en palabras del propio artista- 'expresionismo figurativo'. A partir de algunas constantes en su trabajo, la obsesión por la figura masculina, las escenas cotidianas, el poder del color..., Ignacio Burgos consigue colocarnos en lo que podríamos llamar ?pausa trascendente?. Admirador confeso de Goya y Velázquez, además de los maestros italianos del color, ahonda en la composición de grupos para contar un instante, una historia hiperbreve que contrasta con el gesto de eternidad del lienzo. Esta exposición, que incluye obras desde el año 2004 al año 2009, le confirma como un pintor con mayúsculas y nos da la pista de sus nuevas perspectivas como fotógrafo, recién llegado de la India y Marruecos, de donde ha tomado algunos de los motivos de su inspiración. La sola conquista de un espacio íntimo para la reflexión artística es una tarea cuando menos complicada en el mundo apresurado y sobremoderno en el que vivimos. La cotidianidad trepidante parece haberse definido como opuesta al hecho artístico, a la contemplación e incluso a la creación. El modo de vida actual tiende a censurar cualquier pausa como una trasgresión de las normas occidentales más básicas de la felicidad y la condición de soñador es, poco a poco, cada vez más asimilada a lo opuesto de la vida feliz (play). Es evidente que, de algún modo, ?toda forma de arte está o debería estar relacionada con lo místico y lo esencial?[1]. Y que implica un esfuerzo de atención (parada) o paréntesis, tanto en el momento de la reflexión como evidentemente en el de la creación. El verdadero arte conmueve, provoca una reflexión, abre mundos y, sobre todo, es obra de un artista. Ignacio Burgos, en un gesto característico que podría denominarse pausa trascendente, logra conectar al espectador con una realidad que trasciende la imagen (construida a partir de manchas y trazos expresionistas sobre lienzo, papel o metal) de un hombre o un grupo de ellos, trabajadores o paseantes, y nos muestra más bien héroes (o fracasados), seres perdidos (o encontrados) sobre fondos que podrían representar cualquier paisaje íntimo. El poder de elección de este instante único, antes y después del cual sucederán inevitablemente infinitos otros, implica de algún modo una inmensa responsabilidad. Sin embargo, más que con una huída, uno se encuentra en la contemplación de las obras de Burgos con una impresión de universalidad intemporal que mucho tiene que ver con lo que ocurre al contemplar las obras de sus grandes maestros, Goya, Velázquez, Ribera,? a los que él mismo homenajea en algunas de sus creaciones. Como afirmaba Wittgenstein, ?si por eternidad se entiende, no una duración temporal infinita, sino intemporalidad, entonces vive eternamente quien vive el presente?[2]. Como en un acto de justicia personal, las imágenes que nos propone este artista nos devuelven interpretaciones que, de algún modo, decidimos que nos merecemos. Esa consciencia de pauser es la que, probablemente, diferencia al verdadero artista de cualquier presentador de evasiones, mentiras o espectáculos estéticos en el arte actual. Todo pese a la dificultad de hacer reflexionar, pese a lo complicado de hacer entender que el supuesto lifestyle que se nos vende a través de artimañas publicitarias confunde pause con stop. Nada más lejos: el arte de nuestros coetáneos nos acerca a lo más real de nosotros, tan sólo es necesario que alguien nos muestre lo que somos, como si de una imagen especular se tratara. Ahora, Elephant Showroom de Arte, uno de los nuevos espacios expositivos de la capital que colaboran con el circuito de galerías en la difusión del arte contemporáneo, muestra sus últimos trabajos, realizados en los años 2004 a 2009 y en los que se aprecia . [1] Entrevista a Miquel Barceló, Inmortal a los 50, Vogue nº228 de marzo del 2007. [2] L. Wittgenstein. Tractatus logico-philosophicus, 6.43 II. Ed Alianza. Madrid, 1997.
Exposición inaugural de la sala.