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La Fundación Carlos de Amberes, con Iconografía moderna 1980-1985. Fotomontajes de America Sánchez, brinda la oportunidad de sumergirse en un mar de piezas visuales hechas a mano, repletas de color, formas, lecturas y sentidos.

La exposición recoge una serie de 150 fotomontajes originales de la colección de Iconografía moderna realizados por el artista bonaerense, entre los años 1980 y 1985 años, y en los que el uso de la tecnología aplicada a las artes visuales no estaba desarrollado como lo está en la actualidad.

América Sánchez es, en realidad, Juan Carlos Pérez Sánchez, que adoptó el nombre y apellido de su madre en 1980 con la definida intención ... de diferenciarse de otros Pérez Sánchez.

Si bien a lo largo de su carrera America Sanchez ha ido combinando y articulando permanentemente el trabajo profesional con el personal, creando unas fronteras muy flexibles, es el diseño gráfico su faceta más conocida.

America Sanchez realizó su primer fotomontaje en 1976. Mientras recortaba revistas, percibía que estaba utilizando una técnica completa y compleja. Todo un modo de expresión especial en el que descubría también una nueva forma de dibujar: el corte es al fotomontaje lo que la línea al dibujo, porque la línea de corte hace frontera entre un área y otra, y al hacer frontera, dibuja.

Iconografía moderna está compuesta exclusivamente de fotomontajes, incluso cuando en algunos predomina el dibujo sobre la fotografía o el material impreso. El fotomontaje combina un plano documental, que es la parte fotográfica, y la intervención artística, lo que supone la reorganización de todos los elementos en una nueva realidad. En algunas piezas de esta colección hay un criterio decidido y marcadamente crítico, tratado con humor e ironía detrás de temas aparentemente banales. La parodia es un elemento que está siempre presente y en muchos de los fotomontajes hay gran parte de tragedia.

Uno de los aspectos más significativos de este proceso ha sido, para el autor, el de comprender las imágenes y la clasificación de las cosas, comenzando a observar de otra manera, generando nuevos y distintos registros visuales, ampliando el gusto. En resumen, ordenar el mundo de la iconografía, de los símbolos y del lenguaje óptico que él conocía por instinto y que con esta práctica logró racionalizar.