Descripción de la Exposición
La galería La galería Juan Silió presenta la exposición Iberia: territorio raíz con fotografías de Carlos Saura (1932-2023) que parten desde los años cincuenta del siglo xx hasta las primeras décadas del xxi. Comisariado por Alicia Navarro, presenta un recorrido partiendo de la estructura musical diseñada por Isaac Albéniz para su famosa suite Iberia, entre 1905 y 1909: Cuaderno 1, Cuaderno 2, Cuaderno 3 y Cuaderno 4. De este modo, se articulan nuevos diálogos explorativos entre las imágenes documentales y escenográficas de Saura en torno a su visión de Iberia. Un evocador recorrido sobre conceptos como territorio, pueblo, mística o jaleo que subyacen en multitud de trabajos fílmicos y fotográficos del artista oscense.
Iberia: territorio raíz
Venga jaleo, jaleo
ya se ha “armao” el alboroto
y ahora empieza el tiroteo
Carlos Saura creció en una España asolada, un suelo viviente y mutilado en el que los niños no sonreían. Lleno de pinos esqueléticos, animales muertos, cunetas, horizontes en llamas… una realidad territorial dispuesta bajo un cielo tan pesado como gris que era visitado, de tanto en cuanto, por un sol pálido. Iberia debía ser reconstruida. Así, en octubre de 1941, cuando Saura tiene tan solo nueve años, se crea dentro del Instituto Nacional de Colonización (INC) el llamado Servicio de Arquitectura. Más allá de lo turbador que nos resulte la existencia del propio Instituto e incluso de su nombre, España inició su reconstrucción territorial e identitaria. Obviamente sin cuestionarse ¿si debían blanquear —que no sanar— las muchas equimosis de unos suelos y unos cuerpos vivos pero maltrechos? Una vez más, los organismos estatales no quisieron prestar atención a las profundas heridas históricas que aún hoy nos traspasan. Desde la colonial hasta la actual preocupación por el extractivismo de recursos naturales (especialmente en la época los recursos mineros).
Si la arquitectura fue un medio artístico fuertemente instrumentalizado por el poder nacional, el flamenco tampoco se salvó. Articulándose como un tópico edulcorado sirvió para afianzar el puritanismo (activado como purismo o pureza) de los valores morales de una nación, aún si cabe, más encorsetada. Pero las artes siempre encuentran la fisura subversiva, esa forma de escaparse de la norma por la puerta de atrás, de contribuir al cambio y generar revolución. Bien sea al son de una copla cantada por Carmela ataviada como alegoría de la República o frente a las milicias nacionales. Y es justamente aquí, en la creencia de que el arte es un medio capaz de transformaciones positivas donde el trabajo fotográfico y fílmico de Carlos Saura adquiere su mayor sentido. Iberia: territorio raíz es un espacio de reflexión sobre cómo la imagen sirve para construir identidades (la oficial, su contrapunto oficioso, otres). Porque no hay una sola Iberia, sino muchas. Tanto en la suite de Albéniz como en los trabajos de Saura lo importante es anudarse a las formas de sentir, hacer y habitar con el territorio; y no sobre él.
CUADERNO 1. TERRITORIO
De sus medios de vida, civilización, costumbres y condiciones climatológicas, semejantes, habían de nacer un sin fin de soluciones constructivas “standard”
AC Documentos de Actividad Contemporánea
En los años cincuenta, Saura empezó a viajar por España descubriendo un territorio que se le antojaba tan insólito como desconocido. Y que componía una preciosa pero dura sinfonía captada desde su ojo fotográfico. A su paso, multitud de suelos salpicados, aquí y allá, de artefactos arquitectónicos simples de raigambre popular. Con la cámara Rolleiflex y su Leica se sumergió en los entornos rurales de Andalucía y Castilla. Las casas populares se disponían una tras otra como construcciones standard repetidas hasta el infinito, que en vez de crear monotonía daban un sentido de unidad y de conjunto al paisaje. También los objetos populares surtían este efecto en él. No azarosamente el Grupo GATEPAC afirmó en 1935 que estos objetos diseñados sin pretensiones para un uso doméstico respondían al espíritu de sus gentes y, por tanto, eran “emocionantes y humanos como la arquitectura”. Al adentrarnos en la práctica documental de Saura relativa al territorio, nos vinculamos irremediablemente con la realidad sensorial y espacial de los años de la posguerra. De lo más curiosa fue la doble recepción del movimiento moderno en España, una ordenación neo-popular que, las más de las veces, excedía incluso los parámetros arquitectónicos en pos de un urbanismo escénico (claro es el caso del Pueblo de colonización de Vegaviana). Así, escenografía y arquitectura se encontraron erigidas sin ser totalmente diferenciadas en el territorio español. Ese lugar de clima geográfico telúrico según Celestino Espinosa.
CUADERNO 2. PUEBLO
Los vientos de libertad desde la plaza pública
Peter Burke
La vida popular siempre encuentra un campo de acción en la plaza (la pública, el coso, cualquier terreno llano acogedor de cuerpos en estado de socialización…). Ya nos explicó Mijail Bajtín que la cultura popular, es decir, la cultura del pueblo, es una clave necesaria para entender la historia de un país y de sus sociedades. Mejor dicho, los muchos hilos históricos o las historias que la conforman. Porque la historia no es un relato único y estático sino una narrativa viva. Como nos recuerda una famosa copla de Antonio Machado: “El ojo que ves no es/ ojo porque tú lo veas/ es ojo porque te ve”. Al enfrentarnos al trabajo documental sauriano entre los años cincuenta y sesenta, e incluso el de los años posteriores, uno se pregunta emulando a Carmen Sarasúa ¿qué es el pueblo? Aunque pueda parecer una obviedad lo popular es el espacio cultural que se construye desde el suelo. Pero como nos enseña la poética lorquiana el suelo es cielo. En 1950 España sale del aislamiento para ser un lugar de moda soleado que permite la entrada de lo extranjero (cuerpos, libros, estilos musicales…). Al tiempo que vende las carencias de los entornos rurales como autenticidad y pureza de carácter. Pero la pregunta sigue siendo ¿quién forma parte de la categoría social de pueblo en aquella España moderna pero rota en dos? Justamente esta dicotomía le interesó sobremanera a Carlos Saura, así como sus gentes y sus formas de vida. Estos trabajos son ventanas al interior de una realidad que hoy se nos desvanece. Las imágenes de Saura actúan como cristales de memoria histórica, conjuraciones a los espíritus del pasado.
CUADERNO 3. MÍSTICA
Salgo yo que soy la representación del cante y las sombras […] Estas sombras darán la impresión de sonámbulos místicos. Liturgia fantástica…
Vicente Escudero
El ojo-cámara de Saura capturó a un Escudero ya anciano ejecutando sus sonámbulos místicos. Gestos fantasmagóricos de suprema comprensión que nos embrujan de forma abrumadora. Desde muy temprano Carlos Saura entendió que la magia y la liturgia son dos hilos de una misma urdimbre en la península ibérica. Un territorio que históricamente ha sido un campo muy prolifero para las prácticas místicas (lo misterioso, lo oculto). Así, la magia impregnó todas las capas vivas de las sociedades de Iberia desde el siglo XII; fue una forma “de entender el mundo”. Hoy nos parece algo extraño e incluso ajeno pero las prácticas mágicas (conjuros curativos, lapidarios, ataduras amorosas…) fueron un verdadero hit. Como afirma Carmen Caballero en estos siglos «resulta extraordinariamente difícil trazar fronteras claras entre magia y religión, entre magia y medicina. Estos ámbitos forman un triángulo casi inseparable». Cuando el pueblo gitano llega a la península ibérica en 1425, sus prácticas de adivinación entroncan a la perfección con este caldo de cultivo. Bien es cierto que las fuentes de la época (literarias, de canónigos o más tarde inquisitoriales) no terminan de tener muy claro si el gitano es un ser mágico o, por lo contrario, un hacedor de supercherías de lo más convincente. Desde aquí, la mirada normativa confabula para forjar el tópico de la gitana como hechicera y dadora de buenaventura. Pero el giro fundamental para entender la ligazón que vincula al pueblo gitano y a Andalucía con el mundo esotérico, místico, mágico y telúrico, la tenemos en el tránsito del siglo XIX al XX. Cuando toda una oleada de movimientos esotéricos y “nuevas espiritualidades” inundan España, activando en la mente de muchos de los artistas más radicales de la época dicha ligazón. Al ver las fotografías de Carlos Saura todo este pasado resuena en nuestros cuerpos.
CUADERNO 4. JALEO
Un aspecto fundamental del flamenco es el jaleo, que borra las fronteras entre intérpretes y público
Jo Labanyi
En los orígenes del flamenco el jaleo o los jaleos, así en plural, tanto agitanados como teatrales han estado presentes. Siendo uno de los precedentes directos del flamenco como danza moderna. Pero el jaleo o “hacer jaleos” es también un agente activo y socializador. Casi un espacio ceremonial que une de forma vivencial a los artistas con el público mediante el propio acto de jalear. Carlos Saura entendió a la perfección este espacio afectivo de “los jaleos” desde sus años de reportero gráfico en festivales. Fue en los años cincuenta, concretamente en la ciudad de Granada, donde conoció el arte flamenco y se enamoró del baile. A partir de entonces este lazo afectivo nunca se soltó, sino que entró de puntillas anudándose en lo más profundo de su corazón y su práctica artística. Para Saura su aportación al flamenco residió en captar la luz, eso que Ramón del Valle-Inclán denominó en La lámpara maravillosa “el éter de la luz” en relación con los números musicales. Pues “en la luz está la purificación de todas las cosas” mientras que “los sonidos son más de la sustancia de las horas”. Además, Saura trabajó el espacio escénico y su encuadre como un secreto cabal, serio y profundo. Explorando, cada vez, las relaciones entre el hecho flamenco (cante, toque, baile) y los espacios que lo producen (festivales, zonas urbanas liminares, tablaos, escenografías teatrales, Semana Santa, romerías…) en relación con los artistas flamencos. Para, desde ahí, construir un sinfín de nuevas propuestas escénicas, las más de las veces, desde la noción arquitectónica de espacialidad adherida al flamenco. Redefiniendo las relaciones entre lo viejo y lo nuevo. Abriendo el tópico identitario a nuevos tientos explorativos.
Tierra de luz
cielo de tierra
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Carlos Saura es uno de los cineastas españoles de mayor renombre internacional. El tres veces nominado al Oscar ha cultivado desde pequeño una gran pasión por el arte. No en vano, su madre era pianista y su hermano, pintor. Cuando era adolescente se interesó por la fotografía, actividad que ha seguido desarrollando en algunas de sus películas. Saura se matriculó en el Instituto de Investigaciones y Estudios Cinematográficos, tras abandonar la carrera de Ingeniería Industrial.
En la década de los 60 comenzó su etapa más importante como cineasta, alzándose con el Oso de Oro del Festival de Berlín por La Caza (1966) y con el Oso de Plata por Peppermint Frappé (1967). Más adelante llegarían las también galardonadas Cría cuervos (1976) o Carmen (1983), nominada al Oscar, y el definitivo reconocimiento español en 1990 con ¡Ay, Carmela!, con la que ganó14 Goyas y los Goya al mejor director y al mejor guion adaptado. En 1979 consiguió una nominación al Oscar por Mamá cumple cien años, que se llevó el Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián. Además de otra nominación al Oscar por Tango.
Io Don Giovanni (2009), Flamenco Flamenco (2010), Argentina (2015), Renzo Piano un arquitecto para Santander (2018) o El rey de todo el mundo (2021) son algunos de los últimos trabajos en el cine. Además, ha dirigido en cinco ocasiones la ópera Carmen en Spoleto, Stutgart, Florencia (Maggio Fiorentino) y Valencia y Don Giovanni en la ópera de A Coruña. Recientemente ha llevado a escena El coronel no tiene quien le escriba una obra adaptación del texto de Gabriel García Márquez, y La fiesta del chivo de Vargas Llosa además de numerosos musicales como Flamenco Hoy (2006) o Flamenco India (2015).
La fotografía y la pintura han sido sus otras grandes pasiones. Como fotógrafo ha realizado numerosas exposiciones, la última Carlos Saura y la Danza en el Centro Cultural Fernán Gómez, inaugurada en marzo del 2021. Como pintor ha realizado numerosas exposiciones de sus denominados “dibujitos” y “fotosaurios” (fotografías intervenidas), además de diferentes colaboraciones con otros artistas y entidades; las últimas han sido la portada del último disco de C Tangana, El Madrileño, y la edición limitada de fotosaurios con el reconocido artista Javier Calleja. Hasta sus 91 años, Carlos Saura estuvo pintando, fotografiando y creando. El 10 de febrero del 2023 falleció en su casa de Collado Mediano y una semana después se estrenó su última obra de teatro Lorca por Saura.
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Alicia Navarro es curadora e investigadora independiente. Es MA en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual (UAM-UCM-MNCARS), MA en Pensamiento Contemporáneo y Narrativa y Artes (ECH-Madrid). Miembro investigador de proyectos I+D adscritos al CSIC (Consejo Superior de Investigación Científica). Su trabajo bascula entre los estudios de danza y las prácticas artísticas generando narrativas descentradas y expandidas cuyo eje vertical son las problemáticas de las minorías o los factores de diferencia impuestos por el mundo hegemónico. Destacan sus proyectos sobre estudios de género y flujos decoloniales aplicados al flamenco o a la historia de la danza, entre ellos Negritud: las memorias fronterizas del flamenco (Museo Picasso Málaga, Museo Carmen Thyssen y Bienal de Arte Flamenco, 2023) o Danzar en el museo ¿es eso lo que queréis? (Centre Pompidou Málaga, 2022). Es autora de publicaciones como La mujer jonda: danza y abstracción (UGR, 2023), así como, Truco, Cosmos y Fenomenología (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2022) o Cuerpo feministas, cuerpos fragmentados y cuerpos adheridos en la estética flamenca (MACBA, 2012). A su vez, es Asesora científica de artistas, entre otros trabajos, en Te dejo la profundidad de la artista Leonor Serrao Rivas (2024), o Tablao de Ernesto Artillo, con la colaboración de Rocío Molina, Niño de Elche, Yerai Cortés, Raúl Cantizano o Andrés Marín (C2M, 2023/ Condeduque, 2024).
Exposición. 17 nov de 2024 - 18 ene de 2025 / The Ryder - Madrid / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España