En Humo, segunda individual de Fernando Martín Godoy en Utopia Parkway, paisaje urbano y retrato habitan el silencio de una ciudad global, que en tiempos fue utópica y metafísica y ahora, en estos lienzos, despojada de toda anécdota, desnuda, dormida o congelada, podríamos calificar de premonitoria.

Las escenas urbanas de Martín Godoy, apoyadas en su peculiar paleta y sostenidas por una composición férrea, en ocasiones se sitúan en el umbral de la abstracción, pero sin llegar a traspasarlo nunca. "Quiero seguir siendo figurativo", afirma rotundo el pintor.

Esta decidida voluntad se manifiesta en la serie de retratos que, como espejos, atrapan la mirada del espectador, convirtiéndole en cómplice de la fábula urdida por el artista. Estos rostros, también los paisajes aunque en menor medida, nos resultan extrañamente familiares, aún a sabiendas de que se trata de perfectos desconocidos. La pintura, además de otros, obra estos prodigios.