Descripción de la Exposición
Sobre una gran alfombra de hojarasca.
Amamos a los árboles de un modo instintivo. Admiramos su firmeza, hermosura, quietud y capacidad de regeneración. Algo primigenio nos impulsa a acariciar su corteza esperando, quizá, sentir el latir de la tierra. Su representación es un motivo común a todas las culturas. Conecta el inframundo con la tierra y el cielo, participa de todos los elementos y puede interpretarse como una alegoría de la renovación eterna, ya que permite transitar por el pasado, el presente y el futuro. Cada árbol deja grabada en su interior la información de toda su historia. Una de las más visibles diferencias entre los seres vivos es que unos tienen cabeza y otros no. Los que poseemos esa extremidad, la necesitamos para buscar un lugar ideal en el que poder plantar nuestras raíces y... perderla. En ese sentido, las plantas nos llevan ventaja: hace tiempo que encontraron su lugar en el mundo. Acaso sea este tipo de particularidades las que nos permiten reconocer su valor místico y ver en él a un ser vivo superior. Materia prima versátil y universal, el árbol proporciona elementos necesarios para mantener el suelo fértil y húmedo y el aire limpio. También entregan la madera con la que construir hogares, muebles y medios de transportes; crían frutos y semillas que permiten alimentarnos; son el combustible para el fuego que calienta el ambiente (y la comida), dan sombra, papel, carbón, medicinas... En definitiva, seres vivos plenos de cualidades útiles y espirituales. En muchas culturas las decisiones importantes se toman bajo un árbol emblemático del lugar, sagrado y reconocido por la comunidad. Acostumbra a estar en espacios al aire libre que ayudan a dialogar y tomar decisiones. En la película Avatar, dirigida por James Cameron en 2009 el llamado Árbol Madre, centro espiritual de los habitantes de Pandora, conecta a cada individuo con la información del mundo, rompiendo la barrera temporal. Ésta es la reflexión nuclear de la exposición El diálogo entre la escultura y el árbol. Los artistas que participan en la misma (Ana Balboa, Marta Linaza y Javier Mañero) afrontan el universo arbóreo desde diferentes -pero complementarios- puntos de vista. La temática no ha sido elegida al azar: está enraizada en la madurez profesional de estos artistas que llevan años investigando sobre la materia. Resulta fascinante transitar por esa metafórica jungla plagada de arbustos en la que, gracias al entorno, cambian su significado según cómo se interprete el referente, el resto de piezas y cuál sea la experiencia personal del aventurero que se atreva a cruzar el aparentemente inhóspito paraje. Eso es, en realidad, lo más interesante de cualquier exposición.
María Jesús Abad Tejerina. Carlos Valverde Martínez
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España