Durante su dilatada trayectoria artística, Hugo Pitti ha consolidado una estética personal peculiar, marcada por un estilo que mezcla realismo mágico y surrealismo expresionista. En los trabajos que se recogen en esta muestra dominan los asuntos que más gustan al artista y que marcan una constante en su obra: mitología, religión, paisajes de las islas y su evocación a la obra de Goya, particularmente, sus pinturas negras.

Empleando óleo y pastel en su técnica, en las pinturas de Pitti la coherencia en el mensaje artístico subyace a la tergiversación que el artista realiza de tramas de índole surrealista y tintes claramente autobiográficos, que combina incluso con multitud de referencias artísticas.

El aparente caos de sus escenas presenta en realidad una estructura compositiva armónica y equilibrada, en la que cada uno de los personajes y motivos que dominan ... sus cuadros conforman un dinámico y acompasado ritmo que se intensifica por esas cortas y afiladas pinceladas con las que crea su particular textura.

El entramado de su obra dificulta el que exista una jerarquía visual clara, ya que son muchos los motivos que compiten entre sí por llamar la atención. Además, en los escasos huecos que quedan libres, Pitti escribe diversos fragmentos de su personal ficción, una ficción donde persiste su pensamiento fatídico, ominoso y melancólico, combinado con una dosis de sarcasmo y un marcado humor lúdico-cáustico-nihilista donde el artista opta por reírse de todo, incluso de sí mismo.