Descripción de la Exposición
La obra de Pablo Merchante (Huelva, 1982) es un territorio en constante tensión, un espacio donde las soluciones nunca son definitivas y los problemas se transforman en retos, en oportunidades para que el juego de la creación emerja. Como una partida de ajedrez consigo mismo. Como un solitario a las cartas donde el único objetivo es ganarse a sí mismo. Y donde las trampas son bienvenidas. Un territorio donde la incertidumbre se convierte en la energía principal, donde un boceto supone un problema y no una solución; donde una solución supone un nuevo reto y no la consumación; donde un paso adelante se convierte en uno atrás; y donde lo mejor de la partida empieza cuando lo inesperado toma el control, el juego avanza y la pintura comienza a sorprender al propio creador.
No hay nada de lúdico en esto, al menos en un sentido convencional. Es un juego lleno de tensión, donde las piezas del rompecabezas no siempre encajan de manera inmediata y cuando encajan significa que algo va mal. Merchante se enfrenta a su obra con diferentes energías que no busca contener. Sus trazos hablan de momentos de euforia y de rabia, de lucidez y de paz... De una intensidad visceral que impregna la superficie del cuadro y que frena en seco cuando el juego de la pintura se vuelve monótono. Es en ese momento de suspensión, de incertidumbre, de choque entre fuerza y silencio, donde se gesta algo más profundo: los huecos. Huecos en círculo que aparecen en sus obras para que el espectador entre a habitar en ellas. A observar. Como si de un retrato de Velázquez se tratara, donde el pintor y el espectador forman parte del propio cuadro, de su propia ficción. Donde los objetos se erigen en soberanos personajes vivos a escala humana 1:1 y donde las plantas y flores llenan esplendorosas los fondos igual que Felipe IV o cualquier otro noble que se precie hicieron en su día. Individuos que, en su quietud, dialogan con el artista y el espectador en estos espacios de calma cuando simplemente son observados.
Hay cierto golpismo en la obra de merchante. De repente, sin darse uno cuenta, como en las grandes revoluciones, el bodegón asciende a la categoría de retrato y los fondos dejan su papel subordinado para situarse en primer plano, subvirtiendo la tradicional jerarquía de la pintura e imponiéndose como protagonista con una fuerza igual o mayor que la propia figura. Una especie de terreno ambiguo, donde no queda claro quién es el protagonista: si el vacío del fondo, con sus huecos y espacios ausentes, o el propio objeto retratado, el propio del cuadro. A veces, como en la propia vida, las ausencias son más importantes (o igual) que las presencias.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España