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Formado en Bellas Artes por la Facultad de San Carlos de Valencia, el currículum de Ribes Coll está jalonado por numerosas exposiciones desde el año 1965. Su trayectoria artística está marcada por la luminosidad, el color y la luz mediterránea y, como consecuencia, por su vegetación. La pintura naturalista de Ribes Coll se caracteriza también por la utilización de mucha materia. La exposición que presenta en Puchol está dividida en dos series principales; una dedicada al paisaje autóctono y otra a los grandes maestros de la pintura. En la primera podemos observar naranjos, limoneros, palmeras y, sobre todo, moras, geranios y almendros. Incluso el artista ha colocado en la sala una instalación con un maniquí pintado con amapolas que simula un trigal con intensos ... rojos y dorados. En estas obras incorpora el agua, un elemento que le permite estudiar los reflejos, tal y como ya hicieron los impresionistas. 'Procuro que mi obra transmita, ante todo, un placer estético al espectador', explica el pintor.

  En la segunda serie Ribes Coll cumple una ilusión de rendir culto a los maestros de la historia del arte. Van Gogh, Caravaggio, Picasso, Rafael, Millet o Renoir son algunos de los elegidos. Dos años de intenso trabajo han dado como resultado un conjunto de obras que repiten un mismo esquema compositivo. En primer plano un bodegón de cristales cuya capacidad para transparentar ofrecen la visión más o menos distorsionada de una obra clásica que ha dejado huella en el artista. 'Lo que hago es captar la esencia del cuadro. Intento evitar poner muchos detalles y que en definitiva la obra sea reconocible', señala Ribes Coll.