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En siglo y medio, la secuela de la era de las telecomunicaciones (con dispositivos que van desde los primeros telégrafos cableados al internet inalámbrico) ha producido un mare magnum de información-desinformación disponible y circulante que ha creado amplios márgenes de incertidumbre, al mismo tiempo que intensificado cuestionamientos sucesivos sobre aquello que antes designábamos, acaso con excesiva suficiencia, la 'realidad' inobjetable. Incluso hoy, las múltiples verdades (y respectivos reveses) ponen a menudo en estrecho diálogo, y con relativa facilidad, la imaginación crítica y la teoría conspirativa.

Juan Diego Tobalina nos ... sitúa en este fascinante intersticio. El artista presenta un conjunto de piezas que plantean percepciones (todas ellas plausibles) de territorios imprecisos, aludiendo a una suerte de travesía espacial. Su propuesta toma la forma de una exploración enrarecida de lo conocido (hogar, paraíso, placebo) que por momentos se vuelve un guiño conceptual con algunos de los más célebres intentos de conexión-desconexión con seres de otros mundos. Paisajes paródicos o apenas advertidos, no importa si lejanos o próximos, de un planeta que aun habitamos (cada cual a su modo) aun cuando cada vez más reconocemos menos.