Descripción de la Exposición
Joaquín Viña se ha puesto combativo, explícito, iconoclasta. El artista candasín le ha dado una vuelta más al arte pop y le ha puesto el megáfono que porta siempre quien encabeza la manifestación. Viña pertenece a una generación, la que creció en los 80 y vivió su juventud en los 90, que ha visto como la publicidad y el "mainstream" les golpeaba sin preguntar.
Han crecido con la primera guerra del Golfo y se refugiaron en Nirvana mientras decidían si viajar a Seatle, a Neverland o a Disney World. La generación mejor formada de la historia de España, se dice, la que soñaba con vivir mejor que sus padres y que ahora se ve obligada a emigrar porque el sueño que les vendieron era humo.
La nueva colección de Joaquín Viña, "Hiperpop 2", está justo en ese punto final del camino, en ese espacio en el que se coge el megáfono para desvelar el cartón piedra. En su obra aparecen todos esos iconos, de Mickey a Kurt Cobain pasando por Heidi o Los Ángeles de Charlie. A todos les ha puesto en su sitio, en medio del dolor y la frustración en la que vive esa generación que creyó que el sueño americano se extendería por todo el planeta.
Sigue rindiendo pleitesía a sus personajes y marcas preferidas, lo hace en las sillas "Panton", ese soporte en el que ha encontrado la amabilidad necesaria para desarrollar la parte "tranquila" de la colección. En los lienzos, aquellos en los que Viña idealizaba a la mujer, a las "pin up" de los 60, se escuchan ahora gritos de rabia y llantos de desesperación y frustración. Ya nada es lo mismo. Si el pop era una forma de reivindicación artística de objetos cotidianos, ahora Viña ha ido más allá y utiliza esa imaginería para reivindicar la vida y decir que ha llegado el momento de que se acabe la mentira, de que se acabe el engaño, para gritar que Kurt y Amy han muerto y que es hora de ponerse a luchar de nuevo.
DAVID ORIHUELA.
Periodista de la NUEVA ESPAÑA
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España