Descripción de la Exposición
Esta exposición se plantea como una revisión a las diferencias y desigualdades en las prácticas artísticas. Dentro de las artes han existido desde siempre, las artes mayores y las artes menores. El origen de estas desigualdades y su statu quo, ha ido estrechamente ligado con aspectos socio económicos, de género y raza. ¿Quién produce cultura, quién consume cultura… qué es cultura al fin y al cabo?
¿Es la artesanía Arte, con A mayúscula? En la Historia del Arte, algunos artistas, gozando ya de prestigio y renombre, han dado un giro de tuerca a trabajos artesanos o industriales, para incluirlos en la práctica artística contemporánea del momento. Picasso con el grabado calcográfico y Warhol con la serigrafía, son los ejemplos más conocidos sin duda.
Actualmente estamos viviendo un “boom” de técnicas textiles aplicadas al arte, y de nuevo hablamos de artistas hombres como las cabezas visibles y cotizadas en este mercado. Por supuesto que la inclusión del arte textil no es nueva, y también es cierto que no solo hay hombres trabajando con ello, sino también grandes mujeres artistas. Pero siguen resonando más los nombres de ellos que los de ellas. Decía Diana Larrea en una entrevista: “En el momento en el que saben que una obra está hecha por una mujer, el criterio de valoración, cambia”. Esta frase, es de una rotundidad apabullante. Si es un hombre el que borda, teje o zurce, es un ARTISTA, si es una mujer, es una ama de casa haciendo labores, o en el mejor de los casos, manualidades.
Trabajos como tejer, bordar o zurcir han pasado de generación en generación a tarvés de las mujeres, de madres a hijas, y de vecinas a vecinas. Su transmisión de una generación a otra ha sido mayoritariamente oral. Y como muchos trabajos realizados por mujeres, ha tenido poco reconocimiento en el ámbito público fuera del espacio doméstico, y ha sido tratado como un arte menor.
No hay feria que se preste, en el que ante una obra de arte abstracto, no llegue el típico comentario de: “esto lo puede hacer mi hijo”. En el caso de esta exposición, la frase intuyo será algo como: “Esto lo puede hacer mi abuela”. Los soportes que estoy usando para pintar son telas rescatadas de los armarios antes de que acaben en un contenedor. Sábanas, manteles, servilletas, pañuelos… todas estas telas fueron bordadas a mano por mujeres, en muchas ocasiones como ajuar para sus bodas. Mis pinturas son versiones pintadas en blanco y negro (grisallas o “underpainting” en su terminología inglesa) de cuadros de artistas de reconocido prestigio que pintaron a sus mujeres, madres, esposas e hijas, realizando estas labores de costura. En la mayor parte de los casos, no llegamos a saber el nombre de las modelos. Me interesa pintar grisalla o “underpainting” por el doble juego de la palabra y el significado: Underpainting o grisalla, es la primera capa de pintura, una valoración subyacente de composión y tonal (luces y sombras) que queda tapada cuando se aplican los colores, pero al mismo tiempo, es la columna vertebral del cuadro. Quiero dejar a la vista esa primera etapa del cuadro, la que siempre acaba desapareciendo, haciendo una analogía con esas mujeres pintadas, a las que rindo homenaje en estos “remakes”. De igual modo, los bordados de las telas que uso para pintar, quedan libres de pintura para así poder dales el protagonismo que merecen dentro del cuadro.
Isabel Gil
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España