El tapiz, portátil, suntuoso y monumental, fue un objeto artístico prestigioso e imprescindible en la etiqueta y el ceremonial de las cortes europeas desde la Edad Media hasta bien entrado el siglo XVIII. A pesar de la innegable importancia de la industria tapicera en la Europa del siglo XVII y de las colosales sumas invertidas por los mecenas en aquellos murales tejidos, el espectador actual no deja de sorprenderse ante la preeminencia concedida a las tapicerías por la etiqueta cortesana. También es admirable descubrir hasta qué punto muchos de los más grandes artistas -Pedro Pablo Rubens, Simon Vouet, Pietro da Cortona, Charles Le Brun- dedicaron parte principal de su actividad creadora al diseño de tapices, cuyos modelos y cartones se cuentan entre sus creaciones más significativas.

Esta exposición internacional de obras procedentes de más de una veintena de colecciones ofrece ... por primera vez un panorama completo de la producción de tapices de alta calidad en la era barroca. Los excepcionales paños expuestos pertenecieron en su mayoría a magníficas series creadas para reyes, pontífices y nobles, y en ese sentido proporcionan una visión incomparable del papel desempeñado por la tapicería en el arte y la propaganda cortesanos. Al mismo tiempo, permiten apreciar la evolución estilística de aquel valioso medio artístico, y las soluciones originales y espectaculares que los más relevantes artistas ofrecieron ante los retos y desafíos que esta disciplina planteó.