Contemplado con el Premio Brasil de Fotografía en la categoría Ensayo Impreso de 2017, las imágenes de "Hiléia" buscan el asombro. El asombro que tomó Humbolt, que bautizó la selva amazónica de "hiloea brasiliensis"; el asombro de los viajeros del pasado y del presente ante la exuberancia de la naturaleza. Busca recuperar el imaginario idealizado del bosque, que, misteriosa, fascina. De ese modo el trabajo no se propone como "fotografía de naturaleza" ni tampoco como documentación o denuncia. Ecoa la magia y no tiene intención de desvelarla. El proceso fotográfico digital, paradójicamente, permite la recuperación de otras tradiciones ajenas a lo moderno. El tratamiento de imagen refiere a las figuras de época en una confluencia entre lo moderno y lo arcaico, metaforizado el ángel de Klee que avanza mirando hacia atrás.