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Ana Borodulina es la segunda de cinco hermanos, desde los siete años cada verano se despide de sus padres en Ivankiv para recorrer los más de 2.500 kilómetros que la separan de su familia de acogida en Vizcaya. Dos meses alejados del entorno contaminado reparan su sistema inmunológico. El resto de sus hermanos no tiene la misma suerte.

En su último trabajo, 'Hijos de Chernobil', Jorge nos sumerge en el sentir de las personas que viven en el área afectada por el desastre nuclear. Veinticinco años después del accidente de Chernobil su terrible herencia aún continua vigente. Ucrania, cuna del desastre, es hoy presa de un capitalismo voraz que lo convierte en un país de fuertes contrastes y desigualdades sociales.

Estas fotografías buscan dar luz al sufrimiento de unas gentes humildes que conviven con las consecuencias de una catástrofe silenciada y que luchan por ofrecer un futuro mejor a sus hijos, lejos del dolor de la enfermedad.