A veces, como cuando se quiere llamar la atención sobre las obras de Martí Ribas, la radicalidad nos viene impuesta por la naturalidad extraña de aquello sobre lo que queremos escribir. En ese caso, más vale no hablar mucho, de aquello, recomendarlo, y basta. Pero incluso así, seguro que, al no callar por completo, estropearemos su poesía. ¿Poesía, hemos dicho? Más bien, en Martí Ribas, metapoesía espacial, o poeanálisis de la percepción sinestésica. Porque él hace que nuestra mirada escuche aquello que él nos hace despensar mientras degustamos el rumor táctil de las aporías del espacio con el tiempo incorporado. En efecto, este mago tan inspirado multiplica el espacio por el tiempo y lo divide por otro espacio tiempo, el inventado por él en sus piezas. Vistas éstas en MX Espai, con el tiempo han acabado sumando la M de metarrealismo intemporal a la X ... del espacio construido como incógnita que nos interroga paradójicamente, y sensiblemente, sobre cómo miramos y vemos y sobre cómo lo podríamos percibir todo si no fuera por la consolidación de la mirada tópica, la cuestionada por Martí Ribas. La realidad que él muestra podría haber sido nuestra, incluso diríais que la recordaríamos si las convenciones sociales no nos la hubieran alterado tanto.