Descripción de la Exposición
Miriam Martínez Abellán, artista visual y docente afincada en Murcia, presenta por primera vez en La Raíz una colección de collages analógicos y assemblages que, bajo el título Habitar lo inefable, aluden a esos espacios ficticios que se transitan por la estimulante necesidad de evadir el mundo real en busca de rincones más sugerentes. La artista recrea esos lugares donde tiempo e identidad se expanden a través de combinatorias casuales de imágenes fragmentadas, texturas y colores, mezclando el recorte vintage, extraído de varios números de la revista norteamericana LIFE, con patrones de moda de los 60 y otros más actuales, que reflejan de manera visual aquellas extrañezas donde la palabra no llega.
A partir de la técnica del collage, Martínez Abellán transmuta y disecciona la realidad aparente en un nuevo espacio de oníricas estructuras y yuxtaposiciones, donde nuestro contexto diario se diluye por influjo del sueño y la metáfora, en consonancia con los recientes entornos sintéticos creados por el metaverso. Estas piezas ofrecen al espectador una invitación a ir más allá de lo tangible, a perderse por un laberinto mental en el que convive la recreación de lo conocido con el surrealismo y con energías que bloquean acciones o pensamientos, en una suerte de alegoría que nace de la experiencia. Elementos que se alzan ahora como fecundas fuerzas creativas, alentadas por este novedoso entorno, en busca de certezas intuitivas.
Una vez más, la mirada de la artista se focaliza desde lo femenino, por lo que la figura de la mujer se convierte en protagonista, en la parte activa y cuestionada en todas las situaciones. Una perspectiva con tintes autobiográficos en la que lo masculino, en apariencia secundario, se convierte en sujeto de reflexión y los elementos relacionados con el entorno natural cobran presencia arropando los nuevos lugares que se afrontan desde el otro lado.
Las evocadoras imágenes interpelan al espectador y lo incitan a completar en su mente la historia que sugieren, haciéndolo partícipe del acto creativo. La obra termina en la mirada de quien la percibe, en la mente observadora.
El ensimismamiento, que nos lleva a sentir que estamos en cualquier otra parte alejada de nuestro entorno usual, se muestra como una conducta propia de la artista, como un inspirador refugio asociado con el mundo del subconsciente. Residir en quimeras o espejismos inefables es el resultado determinante de querer habitar otros lugares posibles.
MFMC