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Como en un acto de meditación, Arantxa Lucas toca verdades desconocidas mientras trabaja en sus cuadros. Hay algo revelador, algo que simplemente sucede, según explicó ella misma la víspera de inaugurarse su exposición Habitando me en la céntrica galería de arte Lorenzo Colomo el viernes 21 de mayo.

La suavidad de sus registros cromáticos, con blancos, negros o grises, si bien con contrapuntos vivaces incluso rojos, hablan de una desnudez y una honestidad esencial, que resulta nuclear en una obra con la que la artista se ... propone plasmar, a través de un espejo cada vez más limpio, las verdades desconocidas y ocultas que se le muestran internamente.

Con una vitalidad vibrante y una rotundidad expresiva incontestable en las líneas y formas orgánicas de su obra más reciente, la artista logra su propósito de contar historias, provocar preguntas, sugerir verdades... El proceso creativo está sin embargo fuera casi de su control, y el puente construido entre su mundo interno y sus creaciones, simplemente sucede. Sencillo e involuntario.

Como una invitación a acceder a los silencios y a los vacíos propuestos, el observador está llamado también a habitar-se, al contemplar estos cuadros, resultado de una eclosión vital y profesional, hecha de búsquedas y experiencias que despojan de máscaras y dejan a la vista la belleza descarnada; solo lo esencial.

La flexibilidad creativa aportada por sus trabajos con la danza y la honestidad de sus introspecciones, entre otros elementos, reflejan la impronta evolutiva de Arantxa de Lucas, y explican en parte su recorrido desde que hace diez años el Teatro Calderón acogió su obra,