El proceso creativo nace o se cultiva con el individuo, sus primeros pasos comienzan con la exploración del mundo que lo rodea; el aprendizaje y el encuentro con colores, imágenes, técnicas y la estimulación temprana en cualquier disciplina garantiza un buen desarrollo. Comprender la relación entre arte y cultura, la incidencia de la ciudad en los espacios que conforman una identidad cultural, la búsqueda y exploración en el arte a esa relación visceral entre padre e hija construyendo de la mano la obra a partir de las historias ya conocidas, cómo la descripción de una simbología infantil en una ciudad por descubrir, recorrer y vivir. El proceso tiene la intención de evidenciar el imaginario fantástico que posee la niña a través de unas imágenes que escenifican los cuentos clásicos; estas imágenes están enmarcadas dentro de espacios no convencionales en la urbe.