Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- ARTIUM, Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, acoge la exposición Gure Artea (Sala Este Baja), la muestra que reúne la obra más reciente de los artistas premiados en el certamen del mismo nombre, convocado con carácter bienal por el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco. En la última edición de los premios, la vigésima, los artistas reconocidos fueron Iratxe Jaio (Markina, 1976) y Klaas van Gorkum (Delft, Holanda, 1975), Asier Mendizabal (Ordizia, 1973), y Xabier Salaberria (Donostia-San Sebastián,1969). La exposición muestra obras de los artistas desarrolladas a lo largo de este último año. Gure Artea es una producción del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco con la colaboración de ARTIUM, y está comisariada por Miren Jaio. La comisaria y los artistas participarán en dos sesiones del programa Conversaciones con... el próximo mes de diciembre. Aquello que lleva a las obras presentadas en Gure Artea XX a compartir un mismo espacio (el hecho de que sean parte del trabajo realizado a lo largo de un año por los artistas ganadores de un premio) determina necesariamente que no se esté ante una exposición colectiva al uso, entendida ésta como una serie de obras agrupadas alrededor de una tesis común. En cualquier caso, resulta evidente que las tres propuestas que se presentan en Artium reflejan en sus modos de hacer (conciencia del lenguaje, negociación con el contexto, voluntad de análisis...) el aquí y ahora de la práctica artística: Iratxe Jaio y Klaas van Gorkum emplean el formato documental en procesos que analizan e investigan los comportamientos sociales insertados en los sistemas de producción; Asier Mendizabal trabaja con los signos culturales revelando los procesos por los que se adscriben a aquéllos distintos significados; Xabier Salaberria parte del diseño como metodología, entendiendo que toda propuesta artística es una forma de negociar con el contexto que se le plantea. Iratxe Jaio / Klaas van Gorkum Los artistas trabajan con el documental en procesos de análisis de los comportamientos sociales que se insertan en los sistemas de producción (el urbanismo, el consumo, los medios de comunicación, etc.). Tiempo muerto presenta en tres proyecciones de vídeo el registro de una marcha zombie hacia un centro comercial de Barakaldo. La marcha, organizada por los artistas junto con la productora de arte consonni como parte del proyecto Quédense dentro y cierren las puertas, (www.zombies.parallelports.org), está basada en una escena de Dawn of the Dead (1978), la película de George A. Romero que presenta por vez primera la figura del zombie como alter ego del consumidor alienado. Junto a esas proyecciones, unas fotografías de los espacios vacíos, recientemente urbanizados, por los que transcurrió la marcha señalan las prácticas sociales como creadoras del espacio social. Los artistas parten de la idea de una masa de gente vestida y maquillada grotescamente que camina junta de manera idiota y ridícula simulando carecer de dirección y conciencia, pero con una conciencia extrema de producir imagen (desde sus orígenes cinematográficos, los zombies marchan por y para la cámara). Todo ello se presta a usos y contextos diversos en el paisaje contemporáneo: la promoción publicitaria, el rito subcultural autocelebratorio, la deriva neo-situacionista del activismo social, la acción artística. Esta porosidad y potencia irritante del signo se debe a su naturaleza de imagen en negativo; la masa de zombies que avanzan sin objeto ni conciencia de sí como reverso de la multitud unida que marcha por una empresa común, la representación clásica del sujeto colectivo moderno. Asier Mendizabal Durante las vanguardias de entreguerras, la evolución del fotomontaje corrió en paralelo a la de la prensa ilustrada. Ésta puso a disposición de los artistas motivos figurativos que, combinados, se transformaban en forma. La técnica del montaje les permitía así explorar cuestiones como la tensión entre fondo y figura y entre forma y contenido. Bajo estos dos pares subyace otro cuya relación de conflicto saltará al espacio social desde la superficie de la imagen: el par forma e ideología. Desde distintos posicionamientos ideológicos y estéticos, los artistas pusieron sus composiciones al servicio de la propaganda política. Todos bebieron del catálogo iconográfico que les brindaba la prensa ilustrada, que con su estructura clasificada parecía preparada para diseñar un nuevo mundo: las secciones deportiva, de moda, bélica e industrial produjeron los motivos de máquinas y cuerpos resplandecientes que, sin ellos saberlo, estaban llamados a colisionar en rutilantes y dinámicas composiciones. Mirando en retrospectiva, nada hay en las composiciones que permita adivinar la filiación ideológica del artista concreto en el momento en que las produjo. Como el resto de la obra del artista (y las obras restantes de la exposición, que toman el formalismo en la escultura pública como tema de estudio), la serie de fotomontajes que Asier Mendizabal presenta en Gure Artea, Figures and Prefigurations (Divers) trata de resignificar las formas, exponer el proceso por el cual se les adscriben unos y no otros significados, y se pregunta qué hay en ellas que las hace irreductibles en esa flexibilidad que les permite cargarse de sentidos dispares. Las formas, para el artista, son siempre sospechosas e inadecuadas. Xabier Salaberria Una exposición es la muestra pública de unas obras de arte en un espacio expositivo. También es un itinerario concebido a partir de un diseño espacial dado o, en palabras de Boris Groys, un 'espacio topológico', una estructura matemática que, entre otros conceptos, permite la definición de la continuidad y la conectividad. Así, el 'espacio topológico', espacio continuo en el que se desarrolla la recepción estética como experiencia espacio-temporal, está definido y conectado por vectores. Estos vectores a los que se dirige la mirada del espectador los constituyen las obras de arte, obras que el arte moderno señalizará convencionalmente con la peana, dispositivo que, más que sustentar, ofrece contexto: sin ser nada en sí misma, la peana dota de la cualidad de obra de arte a un objeto que por sí solo no es capaz de reclamar esa condición. El diseño como solución y mediación con el contexto forma parte de la práctica del artista. Las peanas típicas del alto modernismo que Xabier Salaberria presenta en Debacle no salpican la sala creando un recorrido dado sino que se ensamblan en una estructura a modo de unidades modulares. En el juego Tetris, al encajar en la estructura reticular, las unidades geométricas, sin dejar de estar allí, pasaban a desaparecer en una totalidad compacta e indiferenciada. De la misma manera, la estructura matriz de Debacle contiene en potencia todos los diseños posibles de un espacio expositivo. Alberga así la promesa de la exposición como experiencia estética desarrollada en el espacio y el tiempo frente a una concepción del display como relleno y ocupación arbitraria del espacio.
Obras de Asier Mendizábal, Xabier Salaberria e Iratxe Jaio y Klaas van Gorkum. Tres maneras diferentes de enfrentarse al arte revelan la pluralidad de lenguajes y prácticas del arte contemporáneo en el País Vasco. Esta edición de la exposición bienal Gure Artea presenta los últimos trabajos de Asier Mendizábal, de quien ARTIUM ha adquirido recientemente una pieza escultórica, del colectivo Iratxe Jaio y Klaas van Gorkum, que expusieron recientemente en ARTIUM dentro del proyecto Entornos Próximos, y de Xabier Salaberría, quien presenta su obra en el centro-museo por vez primera. Si hay un punto común entre estos artistas es el compromiso por el análisis de la sociedad a través del estudio de los símbolos, de cómo éstos actúan en el lenguaje y acaban formando parte de la ideología, es decir, de cómo afectan a los deseos y comportamientos. Comisaria: Miren Jaio.