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AlhóndigaBilbao acogerá 'Guerilla Girls 1985-2013', la más completa retrospectiva que se ha reunido del colectivo artístico feminista estadounidense. La sala de exposiciones reunirá a lo largo de 1500 metros cuadrados la práctica totalidad de pósters y proyectos realizados por el colectivo artístico feminista estadounidense desde su fundación en 1985 hasta la actualidad.

En la intersección entre el arte y el activismo, las ... Guerrilla Girls son una voz destacada de la última etapa del movimiento arte feminista que surge a finales de los años 60 del pasado siglo a ambos lados del Atlántico. Un movimiento que puso de relieve el carácter estructural de la diferencia sexual en el arte y que descubrió la arbitrariedad de las bases conceptuales decimonónicas que como la del artista genio, apartado de la sociedad, sirven para perpetuar los procesos de mistificación del arte. Contra estos procesos y ficciones, las Guerrilla Girls se constituyeron a mediados de los años ochenta como un colectivo que utiliza máscaras de gorila y nombres de mujeres insignes muertas para preservar el anonimato de sus componentes. De este modo, consiguen concentrar la atención en la dimensión política de su práctica, al mismo tiempo que abordan el olvido sistemático que sufren las figuras femeninas en las sociedades contemporáneas.

El trabajo de Guerrilla Girls, que ellas mismas definen como 'la conciencia del mundo del arte', se ha convertido en una referencia internacional de la denuncia 'con hechos, humor y pieles sintéticas' de la posición subordinada de las mujeres, tanto en el campo del arte como en el resto de los campos de actividad. De hecho, comparando la posición que ocupan las mujeres en el arte con la que ocupan en la política, la empresa, etc. el colectivo ha confrontado la creencia popularmente extendida de que el campo del arte es un terreno de vanguardia social y ha expuesto su carácter conservador y su calidad de bastión del sexismo. Esta vocación del colectivo por trascender la escena y el sistema del arte les ha llevado a explorar, asimismo, sus propios territorios limítrofes que, como el cine, también relegan a las mujeres a puestos subalternos. Pero, sobre todo, les ha llevado a utilizar técnicas, que como el diseño gráfico, persiguen la difusión masiva de contenidos. Técnicas que han combinado con otras estrategias propias del activismo, como la colocación de posters a las puertas de galerías, acciones en museos, etc. y que sitúan el trabajo del colectivo junto al de otras artistas de la tradición feminista que como Susanne Lacy o Barbara Kruger han incidido en la relación arte-sociedad.