En ocasiones nos puede parecer que los títulos de las películas o exposiciones han sido puestos de forma arbitraria y no somos capaces de encontrar una relación entre lo que significan y aquello que intentan designar. En el caso de esta exposición de Paz Vicente, el título que la propia artista emplea para englobar las fotografías que presenta, resulta más que adecuado para lo que intenta transmitir.

“Grafías del alma” nos produce por un lado una sensación de espiritualidad, de misticismo, de paz. Es normal, puesto que estamos hablando del alma y de todo lo que la rodea. Quizá sea porque las fotografías presentan colores extraños para una fotografía, pero no para una fotografía del alma, como es el caso.

Las fotografías irradian así mismo sensualidad, puesto que el cuerpo desnudo, despojado de cualquier atavío ... que lo ate al mundo terrenal, se erige también en protagonista de las fotografías, ya que el alma vive por un tiempo encerrada en una corporeidad.

Las denominaciones de cada una de las fotografías (“Suspiros del viento”, “Quimeras del pasado”…) nos hacen participar también de esta doble dimensión de la obra de Paz Vicente, evocándonos imágenes y lugares oníricos, sublimes, lejanos.