González Bravo (Badajoz, 1944) expone por primera vez en la Galería Kreisler su obra más reciente del 5 de octubre al 3 de noviembre, con la colaboración de la Galeria São Mamede de Lisboa. El artista vive y trabaja en Portugal desde 1970, habla de sus cuadros como si fueran ecuaciones por resolver, comparten un lenguaje íntimo y simbólico en el cual el color es el elemento principal. Son piezas cargadas de sentimiento y misticismo, que introducen al observador en una realidad profundamente reflexiva y en el universo personal del artista. González Bravo busca intensamente a través del color su verdadero “yo artístico”: entre composiciones geométricas y capas de pinturas sobrepuestas, planos texturizados cargados de sentimiento y misticismo. La energía del color y la expresividad de la textura dominan sus lienzos, con una paleta muy personal elaborada a partir de colores puros y complementarios que incorporan formas orgánicas.