Descripción de la Exposición Hay un arte que tiene mucho que ver con hacer de lo cotidiano un lugar íntimo. La pintura, la escultura, la música buena han tenido siempre un espacio cercano, doméstico y sensible para su creación. Es una tradición que recorre en líneas paralelas Oriente y Occidente y que hoy parece relegada por la inmediatez, el ruido y el espectáculo.
La pintura de Marta de la Sota se empapa de esa tradición. Sus óleos tienen el primor y la exactitud de los interiores de la pintura holandesa del siglo XVII. Sus retratos, como entonces, conservan la virtud de la luz y la mirada. Sus abstracciones nos traen la atmósfera del tiempo suspendido del mundo japonés, sorprendida, a veces, por una exótica flora y fauna salida de algún cuento sufi.
Marta aprendió desde niña, como antaño, a pintar en el seno de un “taller” familiar, con sus padres, hermanos, tíos y primos, ocupados en recrear una atmósfera en la que sentirse a gusto dando a cada cosa su tiempo y su realidad.
Su extrema facilidad para el dibujo no es disculpa ni pesada carga, es asombro, humor y delicadeza. Como ella.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España